Duelen las derrotas

Duelen las derrotas

Del reportero
Por Fernando A. Crisanto 6 Agosto, 2021

Ganar así, como lo hizo Morena en la Consulta del pasado domingo, sabe a dolorosa derrota.

En Puebla, uno de los estados que está por arriba de la media nacional, consiguió convencer apenas a poco más de 409 mil poblanos para que acudieran a votar mayoritariamente por el Si para revisar hechos de personajes del pasado, en la pregunta oficial no hay ninguna referencia a los últimos 5 expresidentes de la República.

Muy lejos de los votos que consiguieron el Movimiento de Regeneración Nacional y sus aliados en las elecciones presidenciales de 2018 y tampoco cerca de los alcanzados en junio de 2021, cuando consiguieron en el estado 11 de 15 distritos federales.

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De nada valieron los llamados a acudir a las mesas receptoras, instaladas el domingo uno de junio en toda la República, que hizo todos los días en su mañanera López Obrador durante casi dos meses, ni su convocatoria a los gobernadores de su partido en Palacio Nacional para hablarles de la importancia de la movilización ciudadana ese día.

Ni que sus delegados de Programas Sociales llevaran su mensaje a alcaldes morenistas y sus operadores a lo largo y ancho de la República para que hicieran hasta lo imposible por conseguir cerca de los 18 millones de votos que lograron en junio pasado.

Fallaron sus estrategias o el “pueblo bueno” no se interesó en ocupar una hora de su domingo para ir a tachar el Sí.

Los operadores de Morena y sus aliados le demostraron al presidente de la República que no son infalibles y que tienen enormes debilidades.

La Consulta no era necesaria, pero si una estrategia política para legitimar una propuesta presidencial y aunque el propio López Obrador haya dicho que estaba “feliz”, no le gustó la baja participación y buscó públicamente culpables, como el Instituto Nacional Electoral y los medios de comunicación, cuando supo desde la noche del domingo que sus compañeros de partido fracasaron.

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La próxima Consulta será el 21 de marzo y será por la revocación del mandato presidencial, sabe de antemano que concluirá su periodo para el que fue electo, pero su mayor afición son las campañas y ser el centro de una disputa electoral.

Ganó el Si y perdió Morena en la Consulta del domingo uno de agosto.

Y si alguien conoce el amargo sabor de la derrota es el propio López Obrador, 2006 y 2012 aún no los olvida.

 

De las anécdotas que se cuentan


Por si se quisieran más frentes abiertos en la administración pública, ahora viene el rumor incesante de que Graciela Márquez Colín, ex secretaria de Economía del gobierno federal, quede como presidenta del INEGI, en lugar de Julio Santaella.

Márquez ya forma parte de la Junta de Gobierno del INEGI y se dice que podría llegar a la presidencia a partir de enero de 2022.

De cualquier manera, ya tenía amarrada una posición de influencia en el instituto, pues el cargo de vicepresidenta de la Junta de Gobierno, lo tiene en el bolsillo hasta el 31 de diciembre de 2028.

El tema produce soponcios entre los analistas, pues de todos es sabido que Márquez Colín fue titular de la secretaría de Economía del gobierno federal.

Su licenciatura en Economía por la UNAM, la maestría en Economía por El Colegio de México y su doctorado en Historia Económica por la Universidad de Harvard, no son suficientes para tranquilizar a quienes conocen del asunto.

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La incomodidad que Márquez no puede evitar entre los científicos, es que de repente le den unas ganas incontrolables de apoyar a la 4T y los datos que se manejan en el INEGI comiencen a sufrir cambios inexplicables, particularmente en tres temas: comportamiento económico, seguridad pública y desarrollo humano.

La realidad es que no hay un acuerdo respecto a las posibilidades de proteger al INEGI de esas tentaciones.

Unos dicen que los sistemas de análisis del Instituto están blindados para evitar que se cucharen; otros señalan que sí hay formas para modificar los datos y manejarlos para que de repente, el país esté mejor, numéricamente hablando. Los otros datos, vamos.

Algunos dicen que hay que darle el beneficio de la duda a Márquez.

Mientras tanto, el corazón de los indicadores nacionales está en riesgo de ser manejado a contentillo de quien habita en Palacio Nacional.

fcrisanto00@yahoo.com.mx

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Con información de Lo de Hoy Noticias

 

*AR