El relevo del padre Gustavo
Por 28 Junio, 2021La muerte del padre Gustavo Rodríguez Zárate, el jueves pasado, icónico personaje en la defensa de los migrantes, particularmente los centroamericanos, tiene un elemento que no puede dejarse a un lado, vale la pena preguntar ¿quién será su sucesor?
Conversando con los expertos que trabajaron de la mano con el padre Gustavo, tres son los puntos que deben tomar en cuenta quienes tienen la responsabilidad de encontrar un reemplazo apropiado para el párroco de La Asunción:
1.-Tener la grave responsabilidad de administrar los albergues que funcionan para atender a los migrantes, tanto a los mexicanos que llegan de los estados del sureste como a los centroamericanos, sin omitir a las caravanas de migrantes que prácticamente se dan todos los años.
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2.-Poseer una notoria capacidad para tejer relaciones con docenas de grupos de presión y de interés en Puebla, México y los Estados Unidos, para preservar el alambicado que ha permitido el funcionamiento de las caravanas migrantes.
3.-Y, ser profundamente honesto, considerando el amplio mundo de recursos que se dan en torno a la atención a los migrantes, en su paso del sureste hacia la frontera norte, Tijuana, esencialmente.
Todo lo anterior, sin olvidar un detalle de extraordinaria importancia.
El sucesor del padre Gustavo Rodríguez debe saber que tendrá a la delincuencia organizada vigilándole todo el tiempo e intentará intimidarlo, por lo que debe ser alguien resuelto y capaz de atender sus responsabilidades ante semejante ambiente.
Si los que deciden quien será el sucesor del padre Gustavo se equivocan, quienes pagarán la cuenta serán los migrantes, mexicanos y centroamericanos, y eso sería una catástrofe humanitaria que el estado de Puebla no puede permitirse.
De las anécdotas que se cuentan
A unos kilómetros de municipios densamente poblados de Puebla, como Teziutlán, la Central Nuclear de Laguna Verde, propiedad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), se enfrenta a la saturación de sus depósitos de residuos nucleares y uranio usado, lo que representa un grave riesgo para la seguridad de miles de familias veracruzanas y poblanas.
Así lo establece el Plan de Gestión de Desechos Radiactivos y Combustible Nuclear 2017-2023 de la planta, diseñado para mejorar la gestión de esa basura; el plan no incluye acciones para la reducción efectiva en la generación de desechos, sino mejoras en procedimientos, eficiencia en procesos y ampliación de capacidad física.
En un amplio reportaje de El País publicado este fin de semana se da a conocer que:
“La central, que posee cuatro depósitos para basura radiactiva y una alberca de combustible gastado, genera desechos radiactivos líquidos, gaseosos y sólidos (estos últimos, por ley, deben permanecer en las instalaciones de Laguna Verde).
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“Su acumulación ha puesto a la planta frente a uno de los dilemas irresolubles de la industria —
de cese de actividades, otro tiene proyectado el desmantelamiento para el próximo año y la Secretaría de Energía ha extendido el permiso de operación de la central por 30 años más, sin que exista una solución a la vista para este problema.
“La comunicadora científica Silvana Buján, fundadora de Bios Argentina —organización dedicada a la defensa del ambiente— explica que, aunque el uranio esté gastado, sigue siendo un residuo altamente peligroso. ´La ciencia no ha logrado ningún método de inertización. El uranio-238 tiene una vida de desintegración de 700.000 años. No hay buenas prácticas ni buenas técnicas y nadie quiere residuos radiactivos en ninguna parte´, agregó.
Datos de la CFE de inventarios de residuos consultados por El País indican que el almacén temporal de sitio (ATS), uno de los resguardos que posee dos bodegas con una capacidad total para almacenar 3.319 metros cúbicos, se expone a la saturación, ya que utiliza 2.793 m³.
“Otro, el depósito de desechos radiactivos sólidos secos (DDRSS), que cuenta con dos naves con una capacidad conjunta para 1.728 m³, ya ha superado su límite: alberga 2.148 m³. El Plan de Gestión de Desechos de CFE proyecta el cese de operaciones y desmantelamiento de este depósito en junio de 2022. Ya en 2017, ambas naves estaban llenas, pues contenían 2.193 m³, una cantidad superior al volumen reportado por CFE, según la inspección realizada en septiembre del año pasado” por fuentes consultada por el diario español.
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Mientras, los almacenes de materiales contaminados (AMAC), que constan de dos naves con capacidad para 5.639 m³ cada una, almacenan más de 5.000 metros cúbicos una y alrededor de 4.400 la otra. El depósito Cuatro Naves, que resguarda más de 5.000 m³ de residuos, está en proceso de cese de actividades, aunque el destino de sus desechos es incierto.
“El Plan de Gestión advierte que estos tres depósitos (el de desechos radiactivos sólidos, el de materiales contaminados y 4 Naves) tienen una capacidad insuficiente de almacenamiento. Además, advierte que estos dos últimos presentan condiciones físicas degradadas. De acuerdo con las proyecciones de la CFE, en los próximos cinco años la planta generará 1.260 m³ de residuos más, en 15 años 3.782 m³ más, y en 30 años 7.564 m³. La pregunta es qué se hará con ellos. La compañía estatal de electricidad no ha respondido a la consulta de EL PAÍS”.
Agregan que Óscar Roldán, fundador del Centro Nacional de Información de Hidrocarburos, resalta que la generación y gestión de los residuos siempre representan un desafío para las centrales atómicas.
Roldán explica que, ante la amenaza de saturación de almacenamiento, se debe considerar la opción de los depósitos geológicos profundos, un recurso utilizado en Estados Unidos y en construcción en Finlandia. Pero, por el momento, no existen en México planes de este tipo.
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“Aunque la licencia original de operación de Laguna Verde requiere el mantenimiento y almacenamiento de los desechos radiactivos apegados a estándares y controles radiológicos, las condiciones de la renovación de ese permiso, que fue extendido por la Secretaría de Energía (Sener) en julio de 2020 por otros 30 años, no menciona la gestión de los residuos”.
Los riesgos de un envenenamiento, por residuos nucleares a cientos de miles de poblanos que habitan en línea recta a decenas de kilómetros de Lagua Verde, está latente y no se ve que las autoridades hagan algo para impedirlo.
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Con información de Lo de Hoy Noticias
*AR