Candidatos y cárteles
Por 6 Abril, 2021En 2018, se ejecutaron por todo el país a candidatos de distintos puestos de elección popular, sin importar en lo absoluto de qué regiones geográficas se trataba, ya fuera el norte o el sur, las ejecuciones llegaron.
Lo mismo ocurrió en distintos lugares del centro de la República y tampoco importó gran cosa si la ejecución fue en territorios dominados por los Zetas, Cártel Jalisco Nueva Generación o el cártel de Sinaloa, sin olvidar a numerosas pandillas de alto impacto.
En todas esas ejecuciones, había dos denominadores comunes: el primero era el financiamiento “alterno” a las campañas, ofrecido por los delincuentes a los candidatos; el segundo era el que algunos candidatos no aceptaban el numerario y eran víctimas de una represalia por su negativa.
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En 2018 no había pandemia y los esquemas de trabajo proselitista eran los normales, entre los que sobresalía la gira y los carruseles de medios para que los candidatos pudieran aparecer al aire y compartir sus ideas a desarrollar en caso de llegar al poder.
Pero estamos en 2021 y la pandemia no va a permitir que las campañas se puedan hacer ni remotamente parecidas a las del pasado. A lo anterior habrá que agregar la sequedad del dinero para poder apuntalar una campaña.
Los hombres del dinero quieren certezas y acuerdos.
Los organismos electorales, demandan vigilancia y transparencia.
Pero ambos poderes palidecen frente a las capacidades y exigencias de la delincuencia organizada.
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Dicen los que saben que 2021 será recordado por la intromisión salvaje de la delincuencia organizada en las elecciones.
Y que los candidatos deberán ser cuidados, considerando su vulnerabilidad.
Es el aviso.
De las anécdotas que se cuentan
Las elecciones municipales son atractivas para el crimen organizado.
Apenas se empiezan a acercar los tiempos electorales, los jefes de estos grupos ordenan encuestas y empiezan a construir puentes con los partidos y los más viables prospectos.
No juegan con un solo partido, sino llegan a “invertir” en por lo menos dos.
La clave es cuando en las listas de regidores aparecen personajes desconocidos para muchos, pero vinculados a los manejos criminales.
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Estos serán los encargados de los temas de Seguridad Pública en los cabildos.
Los acuerdos también pasan por designar a un secretario general e incluso un secretario de Policía.
No son uno ni dos los aspirantes que conocen estos detalles y también saben que sin esos recursos no podrían hacer una campaña por lo menos decente.
Los partidos políticos y los empresarios que en el pasado eran benefactores cada día aportan menos, si lo hacen.
El dinero, que lo requieren para movilizar a sus estructuras y a sus votantes el día de la elección, es la clave para ganar o perder.
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A estas alturas más de un precandidato en el interior del estado, de distintos partidos, debe estar en ese delicado proceso de negociación y aceptación de financiamiento.
Al final a los políticos les queda claro que es “plomo o plata”.
Ellos eligen.
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Con información de Lo de Hoy Noticias
*AR