Vacunación y diagnóstico: Claves para contener la tos ferina en 2025
Por 7 Marzo, 2025Durante la temporada invernal de 2025, los casos de tos ferina, también conocida como pertusis, han incrementado en México, alertando a las autoridades de salud. La Secretaría de Salud Federal ha señalado que, aunque comparte similitudes iniciales con el COVID-19, esta enfermedad tiene un origen distinto, causado por la bacteria Bordetella pertussis, y requiere medidas específicas de tratamiento y prevención.
Una enfermedad altamente contagiosa
La tos ferina es una infección bacteriana que afecta las vías respiratorias, generando ataques intensos de tos y dificultad para respirar. El contagio ocurre a través del contacto directo con personas infectadas o superficies contaminadas, especialmente si se tocan y luego el rostro. Bebés y niños pequeños son los más vulnerables, y en los casos más severos, pueden requerir hospitalización. Los síntomas iniciales, como fiebre leve, goteo nasal y tos ocasional, pueden confundirse con un resfriado común, pero evolucionan hacia episodios más graves que dificultan actividades diarias.
Tratamiento y recuperación
El diagnóstico temprano es clave para tratar la tos ferina y evitar complicaciones. Los especialistas recomiendan acudir al médico ante la aparición de síntomas. El tratamiento incluye:
- Antibióticos, recetados por un médico, para combatir la infección y reducir el periodo de contagio.
- Hidratación, con líquidos abundantes o vía intravenosa en casos graves, para aliviar la tos.
- Uso de cubrebocas y reposo, como medidas para evitar la propagación de la enfermedad.
El periodo de contagio puede extenderse por dos semanas desde el inicio de los síntomas, pero los antibióticos ayudan a acortar este tiempo. La recuperación completa puede tardar varias semanas, dependiendo de la gravedad del caso.
Prevención: vacunación y medidas de higiene
La vacunación es la herramienta más efectiva para prevenir la tos ferina. En México, la vacuna pentavalente acelular se aplica en cuatro dosis a bebés de 2, 4, 6 y 18 meses de edad, mientras que un refuerzo con la vacuna DPT se administra a los 4 años. Además, mantener buenos hábitos de higiene, como lavarse las manos frecuentemente y desinfectar superficies, es crucial para reducir el riesgo de contagio.
Factores de riesgo y medidas preventivas adicionales
Según especialistas, la genética y los cambios hormonales, como los experimentados por mujeres después de la menopausia, pueden influir en el impacto de la enfermedad. Durante la temporada de invierno, se deben tomar precauciones adicionales para evitar el contacto con personas enfermas y reforzar las medidas de limpieza en áreas comunes.
Con información de Milenio e Infobae
*ARD