Alfonso Esparza Ortiz, el rector

Alfonso Esparza Ortiz, el rector

Del reportero
Por Fernando A. Crisanto 2 Octubre, 2021

Universitario de toda la vida, llegar a la rectoría no fue fácil porque como en todos los procesos sucesorios se mueven intereses legítimos, y algunos que no lo son, para ocupar una posición preponderante en la vida del estado, Alfonso Esparza consiguió sumar diversas voluntades y se mantuvo dos periodos completos ajeno a las tentaciones de ocupar una posición política, como sucedió con sus antecesores.

A unas horas de que concluya su gestión de más de ocho años como rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Esparza Ortiz y su sucesora, Lilia Cedillo, mostrarán en un hecho inédito la cohesión y fortaleza de la institución en este 2021.

El próximo lunes, a las 11 de la mañana, en sesión solemne del Consejo Universitario habrá dos puntos a tratar:

El último Informe del rector saliente y la Toma de Posesión de la doctora Cedillo, quien a partir de ese día ocupa la autoridad personal más importante de una de las cinco universidades públicas mejor calificadas en el país.

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La realidad de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla establece que es una institución con finanzas sanas, dinámica y fuerte, con programas anuales de desarrollo que multiplicaron su matrícula en los últimos años hasta ubicarse entre las más grandes de México.

En la gestión que concluye se entregaron 550 nuevas plazas, tres mil 290 definitividades, cinco mil 656 promociones, en un marco de certeza de transparencia, donde se dio a la oportunidad a todos los maestros para obtener una plaza. Se renovó la planta académica y reconocieron a quienes imparten cátedras y que no habían sido reconocidos.

El Hospital Universitario actualmente es considerado como el mejor en el estado de Puebla, con una inversión importante se renovaron todas las áreas y ofrece instalaciones con nuevos quirófanos, donde destaca la Torre de Especialidades, las áreas de fisioterapia y muchas nuevas.

Se duplicó la matrícula de 65 mil estudiantes que había en el 2013, actualmente están inscritos 120 mil alumnos, se crearon 82 nuevos programas en este periodo, y hubo movimiento en las carreras saturadas y tradicionales, lo que propició nueva oferta a la matrícula y mayor presencia en el interior del estado.

Hay datos duros que se escucharán en el próximo informe, por ejemplo: 41 auditorías plenamente solventadas; el fondo de pensiones creció dos mil 589 millones de pesos; cero deuda con dos mil 439 millones de pesos en bancos, subsidios e ingresos propios; 70 por ciento de crecimiento en el Sistema Nacional de Investigadores al pasar de 447 a 761 actualmente; la planta física creció 60 por ciento con 128 nuevos edificios; 73 por ciento de sus postgrados  son reconocidos por el Conacyt; 20 mil personas capacitadas en temas de género; y 280 por ciento más becas para estudiantes.

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El lunes empezará una nueva etapa en la Buap con bases sólidas y consolidadas, gracias a una gestión que, como decidió Alfonso Esparza, privilegió fortalecer a la institución antes que su imagen personal.

 

De las anécdotas que se cuentan


El doctor Alejandro Macías es el mandamás de Microbiología y Enfermedades Infecciosas del Departamento de Medicina y Nutrición de la Universidad de Guanajuato y miembro de la Academia Nacional de Medicina.

Durante una década fue el jefe de Control de Infecciones en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas “Salvador Zubirán” y le tocó lidiar con el virus AH1N1.

El doctor Macías hace la siguiente reflexión: en la primera oleada de contagios, se dio un promedio de 7 mil casos diarios de COVID-19. En la segunda oleada, poco más de 17 mil 500 casos diarios. Y ahora, en la tercera, alrededor de 18 mil 800.

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Haciendo sus números, el doctor Macías calcula que unos 80 millones de mexicanos “pudieron” haber tenido contacto con el virus. Es decir, que el COVID-19 cubrió a poco menos del 63 por ciento de la población nacional.

Diciéndolo de manera lóbrega, al COVID-19 “solo” le faltan 47 millones para cubrir al ciento por ciento de la población nacional. Basado en la experiencia del AH1N1 y de lo que ha analizado, el doctor Macías considera que sí podría convertirse en una especie de virus estacional.

En otras palabras, la velocidad de contagio del virus ha traído cientos de miles de muertes y una gran cantidad de enfermos; sin embargo, en su propia eficiencia, el germen podría quedarse literalmente sin personas que contagiar.

Los cálculos del doctor Macías sugieren que el poder devastador del virus tardará unos meses todavía, así que el cubrebocas, el gel y el distanciamiento social son nuestros mejores aliados, en lo que sabemos si el científico tenía razón o en todo caso, es un cálculo rebasado por un virus impredecible y salvaje.

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*ARD