Salud ignora a los poblanos
Por 1 Octubre, 2021La diputada federal poblana Carolina Beauregard exigió el miércoles pasado en el pleno de la Cámara que se cumpla con las vacunas para el estado de Puebla, que es uno de los últimos lugares en protección contra el Covid-19.
Extrañamente las autoridades federales de Salud han aplazado una y otra vez el envío del medicamento y parece que, ahora sí, será la próxima semana cuando llegue un millón de dosis para la entidad.
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El secretario de Salud, José Antonio Martínez, informó ayer que el próximo miércoles 6 de octubre empezará otra jornada de vacunación en la capital poblana y municipios metropolitanos. Habrá ocho puntos de vacunación masiva en esta etapa con el objetivo de agilizar el proceso entre la población.
Los puntos serán:
- Hospital del Sur
- Centro Expositor
- Centro Expositor de Los Fuertes
- Unidad Deportiva Volkswagen
- Seminario Palafoxiano
- Regimiento Militar
- Arena BUAP
- Universidad Anáhuac
- Tec de Monterrey
Salud tiene lista la logística para esta nueva etapa de vacunación, en la que se destinarán 1 millón 113 mil 664 vacunas de Sputnik, CanSino, AstraZeneca y Pfizer.
Martínez García precisó que el biológico que recibieron por parte de la federación fue de la siguiente manera: 400 mil de Sputnik; 200 mil de CanSino; 153 mil 100 de AstraZeneca (segundas dosis); 261 mil (primeras dosis para 18 años y más); y 99 mil 564 de Pfizer (segundas dosis).
Una vez que concluya la aplicación en la capital poblana -que es donde se tiene la mayor incidencia de contagios y defunciones- continuarán con la zona metropolitana, en la que se tienen contempladas a las Cholulas.
La centralización de las vacunas que lleva a cabo el gobierno federal afecta la salud en muchas entidades, como Puebla, en la que estamos a expensas de una voluntad política y el estado no parece estar en el ánimo de los encargados de la salud en el país.
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Ojalá y no haya necesidad de más reclamos de los diputados poblanos, porque como han actuado hasta ahora, todo indica que a los poblanos la 4T ni nos ve ni nos oye.
De las anécdotas que se cuentan
El 11 de septiembre se dio un desgajamiento del cerro de Chiquihuite en Tlalnepantla, Estado de México.
Se vinieron abajo no pocas viviendas instaladas irregularmente y algunas personas han sido declaradas como “desaparecidas”.
Las autoridades locales especularon que el origen del desgajamiento fue el desprendimiento de dos rocas, que fueron quedándose sin soporte conforme la lluvia a lo largo de semanas fue reblandeciendo la tierra que las mantenía inmóviles.
La realidad es que, en México, se combinan dos calamidades cada año.
Por una parte, la inestabilidad de laderas y por la otra, la presencia de docenas de asentamientos humanos irregulares que están listos para derrumbarse en cualquier momento.
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La geología de la zona, el saltarse abiertamente el uso de suelo y, sobre todo, la forma del terreno son factores que intervienen para que cualquier construcción, por ligera que sea, se deslice apenas se dé una tormenta o en todo caso, un sismo.
Y dicen los malosos que también influye el desecamiento de mantos acuíferos subterráneos que docenas de empresas se encargan de explotar sin que la autoridad se aplique a evitarlo.
Todos los elementos antes mencionados se reúnen en ciertos puntos del país y producen catástrofes en las que mueren docenas de personas.
El Chiquihuite es un territorio de larga historia en materia de desastres, pero de ninguna manera es el único.
Ahí está el caso de derrumbes de mansiones que se encontraban en las inmediaciones de Santa Fe, por construir en zonas en las que jamás debería de concederse un permiso para tales fines.
Queremos jugar a las vencidas con la naturaleza y es evidente que cuando se enoja, no podemos hacer absolutamente nada contra ella.
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*ARD
