Lilia Cedillo
Por 6 Septiembre, 2021Hoy empiezan, y durarán dos semanas, las campañas por la rectoría en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Es un proceso inédito inscrito en una pandemia que lleva por lo menos 18 meses afectando el trabajo presencial de los universitarios.
Será una campaña digital, en la que los aspirantes se comunicarán con maestros, investigadores, estudiantes, directores de unidad y trabajadores a través de encuentros en redes sociales y no salón por salón y en reuniones masivas, como en el pasado. Todo será distinto y austero.
Participan, por orden alfabético, tres universitarios: la doctora Lilia Cedillo Ramírez, la maestra Guadalupe Grajales y Porras, y el maestro Ricardo Paredes Solorio. Las dos primeras, poblanas por nacimiento y el tercero en la Ciudad de México, pero todos egresados de licenciatura de la BUAP.
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Lleva mano como favorita la doctora Cedillo, por mucho con el mejor currículo académico y administrativo, pero sobre todo por la permanente comunicación que mantiene con los universitarios y que en los últimos meses ha sido más intensa por ser la responsable del laboratorio y las tomas para detectar Covid en la comunidad.
Estudió en la preparatoria Benito Juárez y en la Facultad de Ciencias Químicas de la BUAP se graduó como química farmacobiólogo en 1982. En la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) obtuvo la maestría y el doctorado en Ciencias con especialidad en microbiología en 1986 y 1990, respectivamente.
Llevó a cabo una estancia posdoctoral en el Departamento de Microbiología en la Universidad de Alabama en Birmingham, Estados Unidos, de enero de 1992 a enero de 1996.
Cedillo ha sido profesora investigadora del Centro de Investigaciones en Ciencias Microbiológicas del Instituto de Ciencias (ICUAP) de la Buap, del cual fue también directora, así como vicerrectora de Extensión y Difusión de la Cultura y la primera directora del Complejo Cultural Universitario.
En los dos últimos años, Lilia Cedillo era directora del Centro de Detección Biomolecular de la Buap e integrante de la Comisión Institucional para el Seguimiento y Evaluación de la Pandemia por el SARS-CoV-2, pero renunció a todo cargo institucional en agosto pasado para buscar la rectoría de la universidad.
En distintas entrevistas formales y con universitarios ha comentado que desde niña su inquietud por saber de dónde venía el hombre la llevó a investigar. Y de ahí su vinculación con la academia. “Cuando uno trata de buscar esa respuesta y no las encuentras, empieza a investigar y a interesarse por la investigación”.
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De niña le gustaba mezclar todo lo que encontraba y piensa que ahí estaba oculto su espíritu de química y por eso se dedicó a esa carrera. La microbiología llegó a su vida sin que se diera cuenta “y uno no se da cuenta quizá porque tiene buenos maestros”.
El año 1993 fue importante para la doctora Cedillo porque se convirtió en madre y también fue parte del grupo de investigación que publicó el artículo “Isolation of Mycoplasma pneumoniae from asthmatic patients”.
Se trató de un artículo que marcó la diferencia para quienes participaron en la investigación de micoplasmas y para la investigación sobre el papel que podía jugar esta bacteria de la familia Mycoplasmataceae en pacientes asmáticos.
El texto fue el que provocó que a las micoplasmas se les tomará en cuenta como agentes que causan la exacerbación del asma y por eso diferentes grupos de científicos en todo el mundo empezaron a considerar las micoplasmas, en particular el Mycoplasma pneumoniae, la poblana fue uno de los investigadores del hallazgo.
El Centro de Detección Biomolecular de la BUAP, fue un logró del doctor Ignacio Martínez Laguna, quien lo consiguió a través de un proyecto financiado por el Conacyt, el gobierno estatal y la universidad. Surgió a raíz de la pandemia de influenza AH1N1 en 2009.
La divulgación de la ciencia es otra pasión que descubrió en el camino y aunque al principio hubo resultados poco afortunados, se acercó a los jóvenes y se comunicó como lo hace en el salón de clases con sus alumnos, con quienes suele bromear y compartir anécdotas,
Con los diseñadores Daniel Arenas y Eduardo Picazo publicó una serie de libros que tienen como propósito comunicarse con personas de todas las edades, desde niños pequeños hasta adultos mayores que quieren saber más del fascinante mundo de la ciencia.
Lilia Cedillo ha dirigido 24 tesis de licenciatura, 16 tesis de maestría y 8 tesis de doctorado.
Además, ha publicado 48 artículos en revistas nacionales e internacionales, 12 capítulos de libros y 5 libros de divulgación científica enfocados en temas relacionados con las enfermedades infecciosas y la salud.
Actualmente es investigadora de tiempo completo y maestra en licenciatura y postgrado, donde imparte clases cotidianamente.
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Su trabajo y su relación personal con sus compañeros universitarios la convierten en la favorita para ganar con una amplia diferencia a sus competidores.
Recibió el mayor apoyo con más de 57 mil expresiones de universitarios en la auscultación y ese respaldó se notará en su campaña y el 20 de septiembre, día de las elecciones donde conseguirá una contundente mayoría para ser confirmada en el Consejo Universitario.
Un poblano en la UNAM
“Los feminicidios tienen un componente muy pasional. Yo he pensado mucho que los feminicidios son finalmente un acto de amor, porque la huella sobre el cadáver es una pasión del alma y el feminicidio por más cruento y horroroso que pueda parecer es un acto de amor, un acto de donación y la donación también incluye una dosis de crueldad”.
Tales fueron las palabras que soltó el director del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Iván Ruiz García. Y no las soltó en una conversación privada, sino en una entrevista de radio.
Poblano, Ruiz García es maestro y doctor en Historia del Arte.
Fue curador académico del III y IV Encuentro Nacional de Investigación sobre Fotografía (ENIF) de Centro de la Imagen y apunta su perfil institucional en la UNAM que en la actualidad “desarrolla el proyecto de investigación “Para un estudio de las imágenes violentas: nota roja y arte contemporáneo en México (PAPIIT, UNAM, 2018-2019)”, y prepara su cuarto libro de autoría individual sobre Nota Roja.
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Las irresponsables aseveraciones de Ruiz García fueron pronunciadas en el noticiero “Primer Movimiento Matutino” de Radio UNAM, cuando se encontraba presentando su libro “Peep Show”, el pasado 30 de junio.
No se entiende muy bien por qué levantó polémica hasta agosto lo dicho por Ruiz García, pero sea lo que haya sido, detonó que el propio rector Enrique Graue pidiera su remoción como director del Instituto de Investigaciones Estéticas.
Desde su pedestal de huacales, Ruiz García insulta a quienes han muerto en condiciones deleznables, de clara desventaja y en un contexto cultural que oprime a las mujeres.
Si esto le parece estético y amoroso a un académico como el aludido, se aplaude la normalización de la violencia.
De las anécdotas que se cuentan
Eduardo Clark, director general de Gobierno Digital de la Agencia Digital de Innovación Pública de la Ciudad de México informó que, a partir de hoy, 6 de septiembre, bajo un conjunto de medidas preventivas, reabrirán los salones de fiesta, bares, cantina, discotecas u homólogos.
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Los bares y antros operarán con un aforo máximo del 50 por ciento conforme al horario permitido en su aviso o permiso de funcionamiento, o bien, en el horario habitual.
Las medidas que se mantendrán en esta clase de establecimiento son el uso de cubrebocas en interiores y exteriores, mantener sana distancia, abrir puertas y ventanas para ventilar bien los espacios, ampliar la mayor cantidad posible de actividades al aire libre y, lavarse las manos con agua y jabón, constantemente.
Sin duda alguna, viene un respiro para docenas de miles de empleos que dependen de la venta de alcohol como los antros y eso permitirá que igual número de familias puedan mejorar un poco sus ingresos, dada la pandemia que se ensañó particularmente con la vida nocturna.
Adonde no se puede estar por completo de acuerdo es en las aseveraciones de Clark en el sentido que “el 90 por ciento de los adultos de la capital ya cuenta con al menos una dosis, mientras que el 50 por ciento tiene el esquema completo”.
Los datos de organizaciones civiles hablan de una cantidad menor, pero sin duda la Ciudad de México va liderando el número de personas vacunadas en la República Mexicana.
Hay grupos que señalan el peligro de reabrir los antros y éste es un tema en el que todos estamos de acuerdo.
Sin embargo, hay docenas de miles de personas que necesitan un ingreso y que dependen de ese giro para obtenerlo.
La Ciudad de México está corriendo el riesgo y solo el tiempo dirá si fue la decisión adecuada.
fcrisanto00@yahoo.com.mx
Twitter @fercrisanto
Facebook: Fernando Alberto Crisanto
Con información de Lo de Hoy Noticias
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