¿Habrá nuevo sindicalismo?

La industria automotriz -Puebla es una entidad beneficiaria de ésta por las dos plantas armadoras ubicadas en la entidad- está viviendo horas de transformación.

Volkswagen consiguió un acuerdo de revisión salarial, el más alto de la industria, que le da estabilidad. Audi llegó a un acuerdo con su sindicato y frenó los despidos y ajustes de sus trabajadores, pero eso podría cambiar si el gobierno estatal desconoce puntos del contrato que estableció con el gobierno de Rafael Moreno Valle y por lo que invirtió en el estado.

Esta semana hubo un giro dramático después de dos días de votación, cuando los obreros de la planta de General Motors en Silao, Guanajuato, votaron en contra del contrato colectivo que estaba vigente con el sindicato "Miguel Trujillo López", afiliado a la Confederación de Trabajadores de México (CTM).

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La Secretaría del Trabajo informó que un total de 5 mil 876 trabajadores emitieron su voto y el resultado de la votación fue de 2 mil 623 trabajadores por el sí y 3 mil 214 por el no, además de 39 nulos, con lo que se da por terminado el contrato colectivo vigente de la planta y obliga a la gestación de un sindicato independiente ajeno de la vieja central corporativa que por años dominó la relación laboral con las armadoras estadounidenses instaladas en México.

Los trabajadores de GM rechazaron el contrato detentado por el sindicato manejado por el cacique priista Tereso Medina Ramírez, la compañía dijo esperará la negociación de uno nuevo.

"Con el resultado… el contrato colectivo se da por terminado, pero los trabajadores no perderán ningún derecho adquirido y conservarán las mismas prestaciones y condiciones laborales", mencionó la dependencia y lo ratificó la empresa.

Esta es una reposición de la consulta de legitimación que forma parte de los resolutivos de la STPS del 11 de mayo y 21 de junio, así como el curso de reparación acordado entre los gobiernos de México y Estados Unidos, en el marco del Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida del T-MEC.

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La votación para legitimar el contrato de la planta de GM cobró importancia tras convertirse en la primera queja laboral interpuesta por Estados Unidos bajo el T-MEC, ya que la primera votación se anuló por irregularidades como el hallazgo de boletas destruidas.

El ejercicio democrático resultó de un reclamo de sindicatos estadunidenses, lo que quiere decir que este proceso puede llevarse a cabo en otras empresas mexicanas y no será extraño que los sindicatos actuales, de centrales tradicionales, empiecen a perder contratos colectivos y afiliados, para dar paso a un nuevo sindicalismo.

Si la 4T no lo calculó, ahora podrá conseguir la democratización de los sindicatos mexicanos, eso sí avalados por los de Estados Unidos. El precio no será barato.

De las anécdotas que se cuentan

Puebla es uno de los estados que menos vacunas contra el Covid ha recibido en lo que va del año y casi hay que rogar para que manden un 10 por ciento de los que se requieren para vacunar a sus habitantes en las dosis necesarias.

Vale la pena recordar que el 16 de abril, el entonces secretario de Hacienda Arturo Herrera, informó lo siguiente en una participación vía Twitter:

“A la fecha se han pagado 15 mil 809 millones de pesos en la compra de vacunas contra COVID-19. Al día de hoy, se han pagado 15,809 MDP, en contratos con Pfizer, Cansino, AstraZeneca, Covax, Sputnik V (sic), Sinovac, entre otros”.

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“Los contratos que se tienen garantizan la adquisición de 250 millones de vacunas, más que suficientes para vacunar a todos los mexicanos”.

Y en marzo, en el marco de una reunión con diputados de la Comisión de Hacienda, el funcionario informó que se habían firmado contratos para disponer de un 60 por ciento más de vacunas de las necesarias para toda la población.

Hasta ahí, lo ocurrido a principios de año.

Sin embargo, Marcelo Ebrard sigue buscando vacunas por todos lados y Kamala Harris le informó hace unos días a Andrés Manuel López Obrador que su gobierno donará un lote de ocho millones y medio de dosis.

En el otro extremo, el de la ineficiencia, está Hugo López-Gatell y su incapacidad para distribuir apropiadamente las vacunas que tiene en el refrigerador, que al parecer suman al menos quince millones de dosis.

Los números no cuadran.

Si ya se pagaron 250 millones de dosis, ¿por qué Ebrard no duerme y sigue buscando vacunas por todos lados?

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¿Cuál es el motivo por el que el Canciller continúe en su caza frenética de biológicos?

Algo no está bien.

Y como suele suceder, nos enteraremos demasiado tarde.

Quizá por ello no llegan las vacunas que necesitamos los poblanos.

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*AR