Donald Trump y su delirio petrolero
Por 25 Febrero, 2025Por si alguien tenía dudas respecto a que Donald Trump quiere apostar su resto a los combustibles fósiles, se han terminado con su anuncio de emprender un puerto en Texas capaz de transportar hasta un millón de barriles de petróleo al día, propiedad de Sentinel Midstream.
El proyecto se inició en 2019 y había estado esperando una autorización final de la Administración Marítima del Departamento de Transporte, hasta que el presidente Trump lo resucitó. El complejo frente a la costa del condado de Brazoria, Texas, está pensado para que los petroleros de gran tamaño carguen hasta 85 mil barriles de petróleo crudo por hora.
Sentinel Midstream chocó de frente con Joseph Biden porque un ejército de organizaciones ambientales se opuso al proyecto, ya que lejos de reducir contaminantes, lo maximizaría. Por sí solo, el proyecto produciría más de 100 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero aguas arriba y aguas abajo, por año.
De pilón, el presidente Donald Trump echó a andar un Consejo presidencial para que Estados Unidos se hagan del “dominio energético planetario”.
Con su estilo, Trump dijo que “la energía es oro líquido bajo nuestros pies y lo vamos a utilizar”; es decir, va a contaminar más y, sobre todo, más rápido.
El Consejo Nacional de Dominio Energético va a ser una especie de catalizador de los permisos, la producción y la distribución de petróleo, gas y electricidad.
Trump quiere que su país se haga de la mayor capacidad para generar electricidad y con eso maximizar distintas empresas y ramos que se inscriben en la tecnología de inteligencia artificial.
No hay que pensarle que quiere emparejarse y ganarle a China.
Los expertos están preocupados, el magnate estadunidense quiere hacer todo eso en menos de 4 años.
Es poco tiempo para ser competitivo o, muy poco para hacer puré al medio ambiente del mundo entero. Y apenas empezó.
De las anécdotas que se cuentan
Ocurrió en Tonalá, Chiapas, hace pocos días. El lugar, estratégico por ser conector entre el Océano Pacífico, Oaxaca y Guatemala, recibió un terremoto cuando se supo que 98 de sus policías municipales, fueron detenidos el 15 de febrero, bajo sospecha de usurpación de funciones públicas.
La fiscalía estatal informó que estas personas no pudieron acreditar su condición como policías al no presentar credenciales ni documentos oficiales que respaldaran su labor.
El movimiento se hizo con un clásico policiaco, se convocó a los policías para que se presentaran en las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal de Tonalá, para un operativo de verificación de armamento e inspección.
Hasta aquí todo en orden.
Adonde las cejas se arquean es cuando se supo que, de los 98 detenidos, dos de ellos están siendo investigados por presuntamente colaborar con grupos delictivos”. 2 de 98. Apenas el pasado 31 de enero, se hizo un operativo similar y detuvieron a 87 policías municipales de Chiapa de Corzo, exactamente bajo la misma lógica.
Cuesta trabajo creer que estos operativos realmente funcionen. Si nos ceñimos a la versión de que 2 de 98 policías tienen sospecha de trabajar para la delincuencia organizada, no parece que la hipótesis de que se detuvieron a 98 policías “narcos”, sea al menos robusta.
Nadie duda que el crimen organizado ha entrado hasta la médula de las corporaciones policiacas en todo el país, pero hay una gran diferencia entre decirlo y demostrarlo.
Y en ese sentido, si los operativos de revisión a personal policiaco solo terminan en show, habrá que preguntarse la utilidad de tales acciones.
Más allá de que sean narcos o no, ¿Cómo pudieron ingresar esas personas a las filas policiacas?
Ése sí es un problema en el que todas las corporaciones municipales del país deben verse.
No vaya a ser conducta nacional.
fcrisanto00@yahoo.com.mx
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*ARD
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