La Guardia Nacional

La Guardia Nacional

Del reportero
Por Fernando A. Crisanto 7 Septiembre, 2022

Los expertos apuntan que, si el presidente Andrés Manuel López Obrador gana su intentona por transferir el control operativo y administrativo de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional, se generará un lío que al menos mantendrá a la institución en el limbo jurídico hasta 2023.

Por lo pronto, el general Luis Cresencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional, agradeció a la Cámara de Diputado por la aprobación de la iniciativa de la Guardia Nacional, así como la confianza para lograr su consolidación al otorgarle el control operativo y administrativo al Ejército. En el Senado, ayer entró a comisiones y no se aplicó el fast track como en su colegisladora.

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Ayer, López Obrador reconoció que, aunque como opositor se manifestó en contra de la militarización, ya en el gobierno cambió de opinión sobre el regreso de soldados y marinos a sus cuarteles porque se dio cuenta del problema de inseguridad que le heredaron.

- ¿En campaña dijo que regresarían las Fuerzas Armadas a los cuarteles en 6 meses?, le preguntaron.

"Sí cambié de opinión, ya viendo el problema que me heredaron", respondió.

"Cómo enfrentar el problema de la inseguridad... Estoy convencido que la paz es fruto de la justicia, todo eso lo estamos haciendo, pero imagínense qué íbamos a hacer con la Policía Federal, cómo estaba. Porque creo que sí se sabe que de la PF salieron todos los que ahora están en la cárcel, acusados o prófugos por tremendas violaciones a los derechos humanos", puntualizó.

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Es un hecho que la decisión presidencial será impugnada ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Mientras tanto, la Guardia Nacional seguirá en la ambigüedad absoluta que ya le ha traído no pocos descontones, a saber:

1.-El que la Constitución mandata que las instituciones encargadas de la seguridad pública, serán de carácter civil, no militar.

2.-Casi la totalidad de su Estado de Fuerza cobra en organismos y dependencias que son ajenos a la Guardia Nacional misma. En el mejor de los casos, sus tropas están comisionadas.

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3.-Justamente por ambigüedades de su diseño institucional, innumerables cuarteles que supuestamente son de la Guardia Nacional, no lo son en la realidad sino de Secretarías de Seguridad Pública estatales, Ayuntamientos y hasta terrenos de la Defensa Nacional.

4.-Como ya se ha dicho en diversas ocasiones, los integrantes de la Guardia Nacional no están preparados para tratar con civiles, sin olvidar que sus capacidades para la criminología y la criminalística no son las mejores.

Un dato evidencia lo anterior: de las 8 mil detenciones realizadas por la Guardia Nacional, desde que inició labores con López Obrador, expertos de la UNAM han identificado que apenas, han detenido a 14 por labores de inteligencia, no en flagrancia.

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5.-Con los subsidios tipo Subsemun en vía de extinción, es un hecho que la idea de López Obrador está enfocada a ir desapareciendo policías municipales y estatales, teniendo un control centralizado de la seguridad en todo el territorio nacional.

6.-El malabarismo impera en los juicios, pues hay centenares de detenciones que en automático quedan al arbitrio del juzgador, considerando que la Guardia Nacional no dispone de ordenamientos específicos en el Código Nacional de Procedimientos Penales.

Lo anterior genera una falla de inicio muy complicada: el arranque del Debido Proceso se da con el conocimiento del Ministerio Público, a través del Informe Policial Homologado, documento de uso exclusivo de policías civiles, no de militares.

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7.-Son legión los juristas que han dicho por activa y por pasiva que la Guardia Nacional no puede actuar como Primer Respondiente, lo que significa que las Fuerzas Armadas solo son coadyuvantes, no operadores directos de la seguridad pública.

8.-Cualquier abogado avezado en esta clase de temas, puede tumbar en el proceso penal una detención de la Guardia Nacional, lo que constituye un agujero negro en su capacidad para atender directamente los delitos, no solamente como coadyuvante.

9.-A febrero de 2022, ni el 30 por ciento de los miembros de la Guardia Nacional tenía ya su Certificado Único Policial, algo increíble, porque técnicamente ellos mismos violan la ley que dicen proteger y respetar.

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10.-Lo anterior sin mencionar la laguna jurídica en la que se encuentra el 20 por ciento de su Estado de Fuerza, la extinta Policía Federal.

Con todos estos elementos, suena difícil que la Guardia Nacional tenga resueltos todos sus pendientes para operar como debe ser en el corto plazo. Mientras tanto, tal institución sigue sumida en la ambigüedad jurídica.

 

De las anécdotas que se cuentan

Hay dos peligros, equidistantes, para cualquier legislador. El primero es que jamás asista al Congreso, al Senado y por lógica, sea invisible su actividad como supuesto coadyuvante en la mejora del sistema normativo que rige en el país.

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El segundo es que, desprovisto de herramientas jurídicas, voz propia o ausencia de conocimiento profundo de la problemática nacional, opte a la desesperada por inventar cualquier cosa para dar a entender que sí trabaja.

En este segundo punto, son legión las propuestas de leyes cocinadas a toda velocidad, tras la muerte, secuestro, ultraje en contra de quien sea, pero que, al ser objetivo de las redes sociales, se aprovecha para unos minutos de fama y no más.

Los temas de moda también son fuentes de inspiración legislativa.

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Algo así salió con la iniciativa que puso por ahí la diputada del grupo parlamentario de Morena, Laura Imelda Pérez Segura, para reformar una salva de artículos con el propósito de obligar a las mujeres mayores de edad a prestar servicios militares, bajo un argumento anodino: “fortalecer la inclusión, la equidad de género y los derechos de las mujeres”.

El 23 de agosto, la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Diputados se reunió y la propuesta en comento no fue discutida. El diputado Mario Carrillo la retiró de la Orden del día para someterla a “un análisis a fondo”.

Carrillo no se quiso meter en una olla de grillos que de suyo carece de todo sentido. Pero, la sola propuesta da a entender con claridad que Carlos Fuentes tenía razón cuando advertía que los mexicanos confundimos lo grandioso con lo grandote.

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Hay cargos grandiosos que intentan justificarse con iniciativas grandotas, al compás del paso redoblado.

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*ARD