Visos de la derrota

En los últimos días de la semana pasado el presidente Andrés Manuel López Obrador mostró que estaba enojado y llevó al extremo su intolerancia con una ruda crítica a quienes supone son sus enemigos –empresarios, políticos, jueces, autoridades electorales y periodistas- y por lo tanto quiere desaparecerlos.

Padece una crisis política a casi la mitad de su mandato y a cuatro semanas de las elecciones intermedias. Sus principales cartas para su sucesión en 2024, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, están en el cadalso por ser responsables de la construcción, uno, y del mantenimiento, la otra. Alguno tiene que ser responsable o quizá los dos.

El accidente de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México generó una fuerte sacudida en su administración y encuestas recientes, pagadas por su gobierno, le advierten que puede perder más de la mitad de las 15 gubernaturas en juego y mas de 130 diputaciones federales, con lo que su mayoría en el Congreso sería endeble. Eso lo tiene irritado.

Para empezar, la tragedia de la L-12 puso en la mira la política la austeridad del gobierno federal y de la Ciudad de México. La jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, negó que la caída del presupuesto haya comprometido la operación y el mantenimiento del sistema del transporte colectivo y que fuera una de las causas del derrumbe cerca de la estación Olivos, en el que murieron al menos 26 personas y casi 80 más resultaron lesionadas.

La línea es dictada desde Palacio Nacional, pero pone en riesgo al mejor funcionario de la administración, al canciller Marcelo Ebrard.

“El metro ha tenido recursos suficientes, no vamos a escatimar nunca con los recursos que se requieran”, insistió la funcionaria en una conferencia de prensa que se centró en responder a las críticas sobre cómo y en qué se gasta el dinero para garantizar la movilidad diaria de cerca de cinco millones de usuarios.

“Esta falsa idea de que es por un asunto de austeridad no tiene absolutamente nada que ver”, se defendió Sheinbaum y dijo que el proyecto político del presidente Andrés Manuel López Obrador solo defiende que se disminuyan o eliminen los gastos suntuarios del gobierno, no los esenciales, lo cierto es que hay una millonaria reducción en este año para el tema de mantenimiento de lo que se ejerció en 2017.

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El presidente redujo los sueldos de los funcionarios y propuso que compartan sus computadoras para ahorrar en gastos, defiende que habrá dinero suficiente con los recortes y el combate a la corrupción, pero en realidad la mayor parte del dinero ahorrado se encamina a sus obras prioritarias: el Tren Maya, la refinería Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucía.

Técnicos, conductores y empleados sindicalizados del Metro han denunciado por años que no cuentan con el dinero ni las condiciones suficientes para operar en una red que se inauguró hace más de cinco décadas.

La Línea 12, paradójicamente, es la línea nueva y la que más ha dado problemas, con requerimientos de mantenimiento diario realizados por una empresa externa que cobra alrededor de 120 millones de pesos al año por el servicio.

“Desde 2012 nosotros hemos estado exponiendo a las autoridades de turno, de diferentes administraciones, la inconformidad de los compañeros por trabajar en estas condiciones”, aseguró Fernando Espino, secretario del Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo.

La hipótesis de la falta de mantenimiento cobró fuerza en el debate político. Leonardo Núñez, investigador de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, explicó a partir de cifras oficiales, que el presupuesto asignado al Metro para 2021 es el más bajo en nueve años, con una reducción del 25% en términos reales comparado con 2018. Núñez publicó el miércoles un artículo titulado “La mentira de Sheinbaum: recortes y subejercicios en el metro”, en el que acusa que el sistema de transporte gastó en 2020 alrededor de mil 300 millones de pesos menos, un 8,7%, del presupuesto que le fue aprobado, según datos oficiales.

Los datos y la polémica salen del informe de la cuenta pública del año pasado, presentado en el Congreso local el mismo miércoles, menos de 48 horas después del siniestro en la Línea 12. Luz Elena Escobar, secretaria de Finanzas, ha descartado que hubiera tal subejercicio y ha dicho que las disminuciones en el presupuesto se deben a que durante la pandemia cayó el número de usuarios un 40% y, en consecuencia, los ingresos que se recibían por el cobro de boletaje.

“El mantenimiento no se ha reducido ni un peso”, agregó Sheinbaum. La política, que es una de las favoritas de López Obrador y esta perfilada para ser la candidata de Morena a la presidencia de la República en 2024, ha dicho que en 2019 también se recuperaron fondos que estaban en fideicomisos, lo que explica por qué el presupuesto fue más alto ese año que en 2020.

Los efectos de la tragedia llegaron al Legislativo, donde Morena uso su mayoría para evitar que se cree una comisión para investigar la tragedia.

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Kenia López Rabadán, senadora de Acción Nacional, propuso una investigación y señaló que quien se opusiera “no debía cobrar” su sueldo como parlamentario. Dulce María Sauri, diputada del PRI y presidente de la Cámara propuso una comisión especial.

Morena calificó a la oposición de “carroñera”, dijo que la creación de los comités no es “urgente” y bloqueo un exhorto del Congreso federal para que se reparara el daño a las víctimas y sus familias.

La gestión de Marcelo Ebrard en la Ciudad de México, actual secretario de Relaciones Exteriores, ordenó la construcción, en un proceso que dejó eventualmente 48 personas sancionadas por los órganos de control.

El gobierno del perredista Miguel Ángel Mancera, ahora senador, estuvo a cargo de las reparaciones principales a la Línea 12, antes y después del terremoto de 2017.

La gestión de Sheinbaum ha tenido que responder ante el accidente, que no ha provocado dimisiones en su gabinete y su promesa es llegar hasta las últimas consecuencias en las investigaciones.

El presidente López Obrador no ha mostrado solidaridad con las víctimas y mando al “carajo” el tema de acudir porque señala que es demagogia, pero lo cierto es que su gobierno está entrampado en dar con los responsables de la tragedia y quien sea será de Morena y ahí están involucrados los consentidos de Palacio, Sheinbaum y Ebrard, y sus equipos.

Por eso el coraje presidencial y su intención de polarizar y desviar la atención del tema que es una roca en su zapato y le puede generar la perdida de millones de votos el 6 de junio.

La crisis se profundizará.

 

De las anécdotas que se cuentan

Fiel a su estilo bravucón, Emilio Maurer Espinosa arremetió contra los dirigentes de Morena por registrarlo como candidato de Nueva Alianza para cumplir la paridad de género.

Ayer renunció a la postulación y acusó a dirigentes de estar hundiendo a Morena, sentenció que no negociará la candidatura y solo regresará al Congreso local a terminar su gestión.

Maurer esperaba su reelección por Morena por el distrito XI, pero el partido rompió la paridad de género al postular más hombres que mujeres, y el Instituto Electoral le negó el registro de 5 candidaturas.

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En el video denunció que la disputa de “ambiciones” internas en Morena están precipitando la destrucción del partido y esto lo cobrará la ciudadanía en las urnas.

“Yo no negocio candidaturas ni me presto a su simulación. La ambición siempre desnuda la mediocridad de los hampones políticos de tiempo completo. Conmigo se equivocaron, Puebla no merece la simulación de ustedes, los que abanderan la traición y la corrupción con el engaño de la falsa transformación. Les regreso su candidatura, pero no mi lealtad”, dijo con el coraje en sus expresiones.

Se deslindó de Morena, aunque no milita en el partido, en 2018 dio “su voto de confianza” y hoy está arrepentido.

Maurer recogió su balón y se fue mentando madres. Genio y figura…

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Con información de Lo de Hoy Noticias

 

*AR