Entre los médicos, también hay razas

Entre los médicos, también hay razas

Del reportero
Por Fernando A. Crisanto 23 Abril, 2021

Despertó una enorme indignación la decisión de Andrés Manuel López Obrador de enviar a los médicos particulares a vacunarse en otro momento, “cuando les toque”, como si ellos no formaran parte del ejército de la primera línea.

Hay algunos elementos que valen la pena considerarse en la discusión y que dan una idea de la irresponsabilidad respecto a este tema:

1.- Más de veinte mil médicos atienden en consultorios anexos a farmacias en todo el país y a ellos no solamente se les debe la atención de miles de casos Covid-19; también se les debe su trabajo como contención ante la incapacidad del Sector Salud para atender todas las enfermedades que no se deben al virus y que no son atendidas.

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2.- Los médicos son una pequeña parte de este ejército particular. Hay enfermeras, camilleros, paramédicos, conductores de ambulancias, personal de limpieza. La lista es interminable y a ellos se les exige mucho, pero no se les da lo indispensable, como reducir la posibilidad de que se contagien contra aquello que tienen en las manos, todos los días.

3.-Podrían contarse por docenas de miles, los casos de personas contagiadas por Covid-19 y que seguramente habrían muerto en un hospital público pero que salvaron la vida al llegar a un hospital o clínica privados. Se habla de que la efectividad “privada” contra la “pública” es seis veces superior.

4.-Y, según se entiende, al presidente López Obrador le salvaron la vida en un hospital privado, cuando tuvo dos infartos hace unos años.

Estos son solo cuatro componentes del mismo problema.

Relegar al personal sanitario “particular” o “privado” es un agravio nacional en contra de quienes han salvado la vida a muchos mexicanos.

Discriminar es condenar.

 

De las anécdotas que se cuentan

La Organización Mundial de la Salud ubica a México como el país más mortal de América para el personal sanitario, mientras la política federal de vacunación excluye a la mayoría de los doctores de consultorios privados.

La siguiente es una historia de una doctora que sigue en la primera línea de batalla, publicada ayer jueves en el diario español El País.

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Blanca Guadalupe Velázquez, de 57 años, todavía usa un tanque de oxígeno para dormir al menos dos veces a la semana. La saturación no ha subido de 91 desde que se infectó hace casi un año de coronavirus. Y tiene fibrosis en los dos pulmones.

“Tampoco duerme bien: “No dejo de pensar que si me duermo, igual no despierto”. Un pensamiento que la atraviesa por las noches, desde que estuvo ingresada nueve días esperando lo peor.

“Esta mañana pasa consulta en uno de los dos trabajos que tiene para poder vivir, un modesto consultorio junto a una farmacia en la colonia Narvarte, en la Ciudad de México. 50 pesos por paciente, unos dos dólares y medio, dos euros. Lo que cuesta una Coca-Cola en una terraza en Madrid.

“La doctora Velázquez es una de los 71.286 médicos de consultorios privados —según cifras del Instituto Nacional de Estadística— que no han sido contemplados por el plan federal de vacunación.

“El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador inició la inmunización del país en febrero con el personal sanitario, el sector más golpeado por la pandemia.

“La Organización Panamericana de la Salud (dependiente de la OMS) ha situado esta semana al país como el más mortal de América para ellos. Pero muchos de los que no trabajan en centros públicos han quedado fuera. Y deben esperar a que su turno les llegue según la edad, como cualquier otro ciudadano”.

En el trato a los integrantes del sector salud prevalece la inequidad y la discriminación.

fcrisanto00@yahoo.com.mx

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Con información de Lo de Hoy Noticias

 

*AR