“En las alturas estamos todas”

“En las alturas estamos todas”

Del reportero
Por Fernando A. Crisanto 8 Marzo, 2022

Ni un día, ni una semana, ni un mes, son suficientes para reconocer la trascendencia de las mujeres mexicanas. Ellas que diariamente son ejemplo de tenacidad, esfuerzo, trabajo y amor para con los, no sólo no son valoradas ni respetadas, se hace todo en su contra hasta llegar al feminicidio, la violencia de todo tipo contra ellas es pan de cada día.

Por eso no fue extraño que ayer lunes, mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador trataba de advertir a la ciudadanía de las consecuencias “negativas” del feminismo que se prepara para la marcha del 8 de Marzo, un enorme zepelín sobrevolara el cielo de la Ciudad de México.

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Recordaba “10 feminicidios diarios, ninguna en el olvido”, lo cual estaba estampado en el globo que circuló desde temprano por la capital.

El año pasado un grupo anónimo de mujeres proyectó sobre la fachada del Palacio Nacional mensajes como “México feminicida”, ayer otra iniciativa ha hecho que la ciudad mire al cielo: “Volamos porque en las alturas estamos todas”, expresaba el comunicado.

“La violencia contra las mexicanas sigue siendo el reclamo más inmediato, que ningún Gobierno ha conseguido frenar. Un drama que se ha llevado por delante casi 30.000 vidas solo en la última década y que es ajeno a pandemias, treguas y guerras del narco”, recuerda una crónica publicada en la edición de hoy en El País.

Las mexicanas no tienen nada más urgente, ni la desigualdad salarial, ni la conciliación laboral, ni siquiera el aborto legal, que reclamarle al gobierno actual y a los que vengan: “Dejen de matarnos”, van a gritar hoy y los días que sean necesarios en las calles.

Los casi 10 asesinatos contra ellas que se cometen cada día en México han colocado a la violencia machista en el objetivo primario. “La impunidad para estos casos, como para la mayoría de delitos que se comenten en México, es casi total (un 95 por ciento no se resuelven) y asesinarlas resulta prácticamente gratis”.

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Las cifras de feminicidios no han dejado de crecer, ni siquiera durante la pandemia y tampoco en los lugares más seguros.

Las asesinan en sus casas, sus maridos, exparejas o conocidos, en su mayoría. El Gobierno llegó a reconocer el año pasado una “contención” de los homicidios a nivel federal y un aumento en la muerte para ellas. La macabra estadística feminicida sigue engordando, incluso para las pocas —menos de un 10 por ciento de los casos se denuncia— que se atrevieron a señalar a su agresor.

Ante esta crisis de seguridad pública contra la mitad de la población, el movimiento feminista mexicano se encuentra más fuerte que nunca.

“Desde hace tres años, las marchas del Día Internacional de la Mujer Trabajadora se han convertido en el escaparate más poderoso donde el país se refleja ante la tragedia y son masivas. El propio López Obrador llegó a arremeter contra las feministas al considerarlas el único movimiento social capaz de hacerle frente en las calles”.

Tantos que las ha considerado enemigas de la Cuarta Transformación, su proyecto político, y ayer, mientras el zepelín sobrevolaba sus palabras, el presidente ha tratado de enfrentarse de nuevo a ellas.

“Hago un llamado para que no se caiga en provocaciones y no haya violencia”, ha exigido López Obrador durante la conferencia mañanera al referirse a la protesta que se espera para este martes 8 de marzo. Y ha lanzado una advertencia en el mismo tono que otras anteriores: “Tenemos información de que se están preparando con marros, con sopletes, con bombas molotov. ¿De qué se trata? Eso no es defender a las mujeres, ni siquiera es feminismo, eso es una postura conservadora, reaccionaria, en contra nuestra, en contra de la política de transformación. Es una postura totalmente política”, lamentó el presidente.

Las marchas del 8M se han convertido desde hace años en una catarsis colectiva, especialmente para un grupo minoritario de jóvenes encapuchadas que rompen, queman y pintan todo lo que se encuentran a su paso. Porque, según ellas, ningún muro, baldosa o monumento vale más que su vida.

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El gobierno y las autoridades locales no están de acuerdo. Y han amurallado desde la semana pasada establecimientos, glorietas, edificios históricos y prácticamente todo el Zócalo de la capital, donde planean finalizar las protestas de este martes.

“Volamos con dolor en el cielo porque en el cielo estamos todas”, arranca el comunicado que han enviado de forma anónima las organizadoras de la iniciativa del zepelín de este lunes. “Volamos porque el cielo no tiene dueño ni gobierno. Volamos porque en el cielo no hay fronteras geográficas, como no hay fronteras de tiempo ni fronteras entre la vida y la muerte. Volamos porque en las alturas estamos todas.

“Desde el cielo les hablamos a ellas y les hablamos a ustedes, a todos y a todas. Nuestras hermanas asesinadas viven en cada una de nosotras, existen en nuestra memoria y en nuestros cuerpos: ninguna en el olvido. Como mujeres siempre nos han dicho qué hacer y cómo hacerlo.

“Nos dijeron también qué no hacer y cómo no hacer las cosas. Nos ponen muros, vallas y granaderos. Nos dicen que no se pueden hacer pintas, que no se pueden romper ni quemar cosas: entonces también subimos. Subimos al cielo porque en el cielo no hay límites y porque allí somos todas”, termina el texto.

Un día no es suficiente para paliar el dolor y sufrimiento que genera la violencia con la que tratamos a las mexicanas y ellas están ahí diario, peleando por su lugar, aunque saben que la violencia, de todo tipo que llega al feminicidio, las asecha.

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De las anécdotas que se cuentan

La Fiscalía General de la República presentó su acusación final contra Emilio Lozoya por el escándalo Odebrecht y la moraleja del cuento radica en que el exdirector de Pemex y algunos integrantes de su familia fueron los beneficiarios.

Los sobornos que llegaron desde la multinacional brasileña a los bolsillos de Lozoya, no pudieron conectarse con Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray. Diciéndolo en un tono ajeno al Derecho, al parecer, ese dinero se lo quedó para él y para algunos familiares.

Así, el discurso contra la corrupción se está cayendo a pedazos y buena parte de la responsabilidad de este estentóreo fracaso está en su principal promotor, quien cometió un error garrafal, de principiante: primero, acusar y después, demostrar la culpabilidad. Así de sencillo y de absurdo.

Ahora viene identificar si Gertz Manero dejará por la paz a quienes han sido los que pagan la borrachera contra la corrupción, desde una instalación penitenciaria.

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Los malosos se pusieron a identificar en la Denuncia de Hechos firmada por Emilio Lozoya y recibida en la Fiscalía General de la República el 11 de agosto de 2020, a los políticos y funcionarios públicos, así como a algunos empresarios o empleados de éstos, acusados por el exdirector de Pemex.

Dicha Denuncia ha sido subida a la web por distintos medios de comunicación y está a disposición de quien quiera consultarla. En el caso de la copia consultada, se puede visitar en: https://docs.google.com/viewerng/viewer?url=https://cdn2.excelsior.imagendigital.com/pdf/denuncia-emilio-lozoya-contra-epn-calderon-salinas.pdf

Así, las preguntas que se formulan son evidentes: ¿qué va a pasar con todos esos acusados? ¿Se les seguirá investigando? ¿Se les considerará inocentes? ¿Nadie dirá una palabra? O, ¿seguirán hurgando su pasado a ver si les encuentran algo?

Los nombrados en la denuncia inicial de Lozoya son:

1.- Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, (2) Enrique Peña Nieto y (3) Luis Videgaray Caso, página 2. (4) Juan Armando Hinojosa, (5) David López, (6) Arnulfo Valdivia, página 5; (7) Idelfonso Guajardo, (8) general Roberto Miranda, página 6; (9) Fabiola Tapia Vargas (socia de Odebrecht, ya fallecida), página 9; (10) Rodrigo Arteaga Santoyo (secretario particular de Lozoya), página 11.

(11) Francisco Olascoaga (jefe administrativo de la dirección general de PEMEX), página 13(12); Francisco Javier Cabeza de Vaca, (13) Francisco Domínguez Servién, (14) Salvador Vega Casillas y (15) Jorge Luis Lavalle Maury, página 13; (16) Ricardo Anaya Cortés, página 15; (17) José Velasco Herrera (jefe de ayudantes de Lozoya, ya fallecido), página 18; (18) David Penchyna Grub, página 19:; (19) Norberto Gallardo (jefe de ayudantes de Lozoya), página 19; (20) Osiris Hernández (“enlace” con Ricardo Anaya), página 20; (21) Ernesto Cordero Arroyo, página 20; (22) Rafael Caraveo Opengo (“operador de un grupo de legisladores”), página 21; (23) José Antonio Meade Kuribreña y, (24) José Antonio González Anaya, página 23; (25) Carlos Treviño Medina, página 28.

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(26) Álvaro Rivera (“enlace” con Luis Videgaray), página 29; (27) Luis Vega (secretario de Finanzas del PRI), página 29; (29) Lourdes Mendoza (periodista), página 35; (30) (Miguel Ángel) “Osorio Chong” (sic), página 36; (31) Jacques Rogozinski (director de NAFIN), página 36; (32) Roberto Padilla (secretario técnico del gabinete de Peña Nieto), página 40; (33) Antonio Rodarte (“el que manejaba dinero en efectivo” de Enrique Peña Nieto).

(34)  Javier Duarte (gobernador de Veracruz), página 41; (35) Federico Martínez (director general de Tradeco y “su socio era Carlos Salinas de Gortari”) y (36) “su hijo Juan Cristóbal”, página 42

(37) Roberto Gil, página 43; (38) “El hijo de Carlos Salinas de Gortari” (sic), página 43;  (39) “El señor Trauwitz” (sic), página 45; (40) Édgar Torres, (41) Carlos Roa y (42) José Manuel Carrera (asesor, coordinador de asesores y director de PMI, respectivamente), página 48.

(43) Alonso Ancira (aparece en una página sin número, con otra tipografía); (44) “Maestro Édgar Torres Garrido” (aparece en una página sin número, con otra tipografía); (45) Enrique Martínez y Martínez (no aparece la página 49, saltando a la 50), página 51;  (46) Pedro Joaquín Coldwell, página 55; y (47) Nelly Aguilera Concha (“propietaria de la casa de Ixtapa”), página 58

Y así terminan las 60 páginas del documento en el que Lozoya establece una serie de hipótesis en las que involucra al menos, a 47 personas. Así que cabe preguntarse qué pasará con esas 47 personas acusadas, en el entendido que, posteriormente la lista aumentó a 63.

La trama Odebrecht solo tiene dos finales: o es el estruendoso cierre de una cacería transexenal que llevará a ningún lado o, es el punto de arranque de un nuevo escándalo que palie los desastres federales.

Ya se verá.

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*ARD