Otoño de 23

Dentro de dos años, los mexicanos conoceremos quien será la candidata o el candidato de Morena a la presidencia de la República.

En paralelo, lo mismo sucederá con los aspirantes presidenciales de los partidos de oposición, vayan por una coalición o cada partido por su lado, en consecuencia, se decantará en las siguientes semanas los candidatos a gobernadores en los estados, como Puebla, donde habrá renovación en 2024.

El proceso de selección en el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador es totalmente abierto porque él así lo decidió y el mismo adelantó que será por encuesta como lo designen por más que haya algún aspirante que proponga cambiar el proceso por una elección interna, eso no sucederá.

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Distinto al método priista del tapado, en el cual el presidente de la República ejercía su derecho metaconstitucional de designar a su sucesor en un proceso cerrado y casi oculto, aunque nunca lo fue del todo, hoy en Palacio Nacional se habla casi todos los días del tema sucesorio, se mencionan a los posibles a quienes se les llamó “corcholatas”, porque juegan destapados.

López Obrador dice que no tiene consentida ni consentidos y ellos mismos públicamente aceptan sus legítimas aspiraciones de estar en las boletas de 2024. El presidente no renunciará a su facultad de designar su quien sea la candidata o el candidato de Morena por la presidencia, porque él está seguro que interpreta al pueblo.

Esta misma semana, Ricardo Monreal, coordinador de los senadores morenistas, vino a Puebla en un acto de precampaña con la justificación de la presentación de un libro; no dejó de hablar del tema sucesorio en insistió en cambiar el método; mientras el canciller Marcelo Ebrard compareció ante el Congreso y en entrevista con Joaquín López Dóriga dejó en claro que aspira a ser Presidente de México y acepta el método de las encuestas, por el cual dejó de ser candidato en 2011 cuando reconoció que tuvo mejores resultados López Obrador.

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La sucesión presidencial está en marcha y pronto se activará aún más en los estados, donde habrá renovación de Poder Ejecutivo, como Puebla.

En dos años más habrá candidatos para 2024, porque los procesos internos de los partidos así lo establecen y porque con un método tan abierto, como el actual, no hay manera de contenerlo.

De las anécdotas que se cuentan

“Los comerciantes se tienen que cuidar de los policías, el gobierno, el crimen organizado y ante esa circunstancia las organizaciones civiles de vendedores ambulantes han sido un blindaje, un muro de protección para el comercio popular, incluso ustedes saben que hay 12 líderes muertos, y 2 desaparecidos”.

Las frases no son de un líder ambulante en la ciudad de Puebla, sino de la diputada local del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la Ciudad de México, Silvia Sánchez Barrios, hija de la líder histórica de los comerciantes ambulantes, Alejandra Barrios.

Tal mensaje lo pronunció en el recinto de Donceles, al promover la iniciativa de la “Ley Chambeando Ando”, que entre sus 125 artículos incluye:

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La creación de padrones de vendedores, portación obligatoria de gafetes, prohibición de consumo de alcohol y drogas en los puestos.

También se incluye el ofrecimiento de seguridad social a los vendedores, acceso a guarderías, y darles preferencia a madres solteras, personas con discapacidad, integrantes de la comunidad LGBT, personas de pueblos, barrios originarios y comunidades indígenas, así como a la tercera edad y jóvenes en situación de calle.

La lideresa de los ambulantes soltó un dato para la reflexión.

Diez millones de ambulantes operan en todo el país, una cantidad de personas superior al de todos los habitantes de la Ciudad de México.

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Los malosos se preguntan qué es peor, dejar a los ambulantes hacer lo que quieran o regularlos y pagar el costo político.

Es un tema que quema, pero debe atenderse de inmediato, especialmente porque a Puebla han llegado organizaciones de la Ciudad de México, en especial narcomenudistas, que empiezan a pelear el control de los ambulantes en las calles de nuestro Centro Histórico.

Urge actuar.

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*BC