Saldos del 6 de junio

Saldos del 6 de junio

Del reportero
Por Fernando A. Crisanto 17 Junio, 2021

Al 13 de junio, el Instituto Estatal Electoral (IEE) llevaba 14 cómputos concluidos sobre igual número de municipios, que están en regiones de alta delincuencia en el estado: Ahuazotepec, Amozoc, Atempan, Chichiquila, Chietla, Huehuetlán El Grande, Ixcamaxtitlán, Lafragua, Libres, San Gregorio Atzompa, Tlahuapan, Tlatlauquitepec, Tochimilco y Zacatlán.

Y, en esa lógica quedaban pendientes, entre otros, que resolvieron en las siguientes horas: Acatzingo, Ahuehuetitla, Altepexi, Atzizintla, Chiconcuautla, Coxcatlán, Coyomeapan, San Antonio Cañada, San Diego La Mesa, San Miguel Xoxtla, Tlaola, Tlapanalá, Totoltepec, Tzicatlacoyan, Vicente Guerrero, Zapotitlán de Méndez y, Zoquiapan.

Por lo que se refiere al primer grupo, hay distintos municipios en donde la delincuencia organizada se ha enseñoreado sin mayor trámite: Ahuazotepec, Amozoc e Ixcamaxtitlán. En el caso del segundo, ahí están: Acatzingo, Altepexi, Atzizintla y Xoxtla, por citar unos pocos ejemplos.

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Por otra parte, los expertos ven con preocupación a tres municipios conectados entre sí, tanto por la delincuencia organizada como por la dependencia económica del robo de combustible, por parte de dichas poblaciones como son San Martín Texmelucan, San Matías Tlalancaleca y San Salvador el Verde.

Un factor es común a todos los municipios aludidos, que es su debilidad institucional, ya que los alcaldes carecen por entero del poder y los recursos necesarios para hacerle frente a la delincuencia organizada, que al combinarse con las capacidades de los caciques se crea un poder consolidado respecto al emanado de las urnas.

Ya terminaron las elecciones.

Por si algunos no se han dado cuenta, ya es hora de ponerse a trabajar y echar a andar las condiciones necesarias para que la gobernabilidad sea una realidad en los 217 municipios del estado de Puebla.

 

De las anécdotas que se cuentan


En su muy leída Cuitlatlán de la Jornada de Oriente, el columnista Fermín Alejandro García publicó el martes pasado que un “Comando armado controló el cómputo de la elección en Tepeyahualco”.

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Documentó que “un caso que ha pasado desapercibido, pero que es de extrema gravedad, es el desenlace que hubo de los comicios en el municipio serrano de Tepeyahualco, en donde un comando armado habría tomado el Consejo Municipal Electoral (CME) y obligó que en el cómputo ganara el candidato de Compromiso por Puebla (CCP), Said Godos Luna, pese a que en el conteo de votos había triunfado Eyerim Espinosa Sosa, el aspirante del Partido del Trabajo (PT).

“En una operación en la que hubo un contubernio de Morena con el PCP para hacer perder al PT, pese a que se supone que hay una alianza de los partidos del Trabajo y de Regeneración Nacional.

“Lo más grave de esta situación, que no solo afecta al proceso electoral, sino a la gobernabilidad y la estabilidad social de la región, es que en toda la operación electoral –que inició desde diciembre del año pasado y concluyó la semana pasada—se habrían visto involucrados grupos que son identificados por la población de Tepeyahualco como autores de los altos índices delictivos que sufren los transportistas de carga en los tramos carreteros que unen a los estados de Puebla y Veracruz.

“El equipo político del PT ha presentado una impugnación señalando que el cómputo de la elección estuvo condicionado por la presencia de gente armada en las instalaciones del Consejo Municipal Electoral, en donde se hizo un reconteo de la votación, en el cual muchos sufragios a favor de la opción petista de manera anómala fueron anulados. El cómputo se hizo de una manera tan acelerada y accidentada que no hubo manera de probar la validez del resultado final de la contienda por la presidencia municipal.

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“De acuerdo a la narrativa de integrantes del Partido del Trabajo en Tepeyahualco, el conflicto tuvo el siguiente desarrollo:

“En diciembre del año pasado, de manera sorpresiva en la cabecera y juntas auxiliares inició la repartición masiva de blocks de hormigón y ladrillos. Se distribuían aparentemente a nombre del “Señor Godos”, que desde entonces ya se sabía que Said Godos estaba interesado en buscar la alcaldía.

“Más allá de la repartición de materiales de construcción, lo que llamaba mucho la atención eran dos aspectos:

“Primero: se levantaba un padrón de los beneficiarios con esos “regalos” y se empezaba a notar una presión para quienes no aceptaban los ladrillos o blocks.

“Segundo: los camiones que repartían el material generalmente no utilizaban placas de circulación”.

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Si los blocks no sirvieron para llevar a Godos al poder, si lo consiguió un comando armando

Y ¿las autoridades del Instituto Electoral del Estado dónde estaban el día del cómputo? ¿El crimen organizado hoy es el fiel de la balanza electoral? ¿Qué va a pasar ante esta denuncia?

La autoridad electoral debe dar las respuestas.

fcrisanto00@yahoo.com.mx

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*AR