Alumna de secundaria en Iztapalapa es arrojada desde un segundo piso por su gusto por el K-pop
Por 15 Febrero, 2025Ciudad de México - Fátima Maite Zavala, una alumna de 13 años de edad, fue arrojada desde el segundo piso de la Escuela Secundaria Diurna 236 en la alcaldía Iztapalapa, presuntamente por una compañera que la acosaba. La menor fue trasladada de emergencia a un hospital local, donde su estado de salud se reporta como estable, aunque sufrió fracturas en la pelvis y enfrenta un pronóstico reservado.
Acoso escolar ignorado
De acuerdo con testimonios de familiares, Fátima había denunciado en varias ocasiones ser víctima de acoso escolar debido a su gusto por la cultura coreana, específicamente por el K-pop. Sin embargo, sus denuncias habrían sido ignoradas por el personal docente de la institución.
Detalles del incidente
La agresión ocurrió dentro del plantel educativo, donde la joven fue presuntamente empujada por una compañera identificada como Naomi, quien, según versiones, la acosaba de manera recurrente.
La familia de Fátima, de escasos recursos, exige justicia y apoyo legal, ya que hasta el momento no han recibido atención por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Mientras la adolescente permanece hospitalizada, los presuntos agresores continúan asistiendo a clases con normalidad.
Investigaciones en curso
🛑 El bullying ignorado: Fátima sufrió acoso escolar constante y terminó hospitalizada. Su padre exige que la escuela asuma su responsabilidad. @PisayCorreTV @ImagenTVMex @ImagenNoticias_#Bullying #Fátima #Iztapalapa pic.twitter.com/ur3doYwq2w
— Paola Rojas (@PaolaRojas) February 13, 2025
El caso ha generado indignación en redes sociales y ha reavivado el debate sobre la falta de respuesta de las autoridades ante casos de bullying en el sistema educativo.
Llamado a la acción contra el bullying
Si presencias un caso de bullying, es crucial actuar de inmediato. Informa a maestros, directivos o autoridades escolares y brinda apoyo a la víctima. No ignores la situación ni fomentes el acoso. Padres y docentes deben fomentar un ambiente seguro y de respeto, promoviendo la denuncia y el diálogo para prevenir más agresiones.
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