Condiciones intransigentes de Putin para poner fin a la guerra en Ucrania

Más de tres años después del inicio de la invasión de Rusia a Ucrania, el presidente Vladimir Putin ha mantenido condiciones inflexibles y maximalistas en cuanto a cualquier posible acuerdo de paz que ponga fin a la guerra. Aunque el mandatario ruso ha expresado su apoyo al alto el fuego de 30 días propuesto por Estados Unidos —propuesta que Ucrania ya ha aceptado—, ha dejado claro que la implementación de la tregua presenta grandes desafíos, sobre todo en lo relacionado con la verificación a lo largo de un extenso frente de batalla.

En sus declaraciones, Putin insinuó que esta pausa podría ser utilizada por Ucrania para reorganizarse y rearmarse, y sugirió que, si se llegara a implementar, Rusia impondría sus propias condiciones. De ser aceptado, el alto el fuego no sería solo una pausa temporal, sino también una oportunidad para que Rusia extienda sus demandas y le dé tiempo al Kremlin para reforzar su posición. Mientras tanto, las condiciones que exige Moscú siguen estando muy alejadas de lo que Ucrania y sus aliados podrían aceptar, lo que deja entrever que el camino hacia un acuerdo de paz sigue siendo incierto.

Putin y las condiciones sobre el alto el fuego

El presidente Putin afirmó este jueves que apoya la idea de un alto el fuego de 30 días, una propuesta impulsada por Estados Unidos que fue aceptada por Ucrania. No obstante, a pesar de su aparente disposición, el mandatario ruso dejó en claro que la implementación del alto el fuego sería un desafío importante, especialmente en lo que respecta a la verificación y supervisión a lo largo de un frente de batalla tan extenso. A pesar de esta incertidumbre, Putin mostró apertura a las negociaciones prolongadas, sin rechazar de manera rotunda la oferta estadounidense, lo que deja abierta la posibilidad de seguir negociando.

Una de las principales preocupaciones de Putin es que Ucrania pueda utilizar este tiempo de tregua para reorganizar sus fuerzas y rearmarse. Según el presidente ruso, esto podría permitir a Ucrania reabastecerse con armas occidentales y reorganizar sus tropas, lo que implicaría una mayor dificultad para las fuerzas rusas en un posible enfrentamiento posterior. En este contexto, Rusia ha dejado en claro que cualquier alto el fuego debe venir acompañado de ciertas garantías, como la suspensión del suministro de armas por parte de los países occidentales o la prohibición de nuevas movilizaciones militares de Ucrania.

A pesar de estas propuestas, los aliados de Ucrania y la propia Ucrania rechazan la idea de aceptar condiciones que impliquen la cesión de su soberanía. El gobierno ucraniano ha reiterado en numerosas ocasiones que no cederá su territorio, lo que plantea un gran obstáculo para cualquier negociación que implique la aceptación de las demandas territoriales de Rusia.

Las demandas de Rusia y las respuestas de Ucrania

Una de las demandas más importantes de Rusia es la desmilitarización de Ucrania, lo que implicaría una reducción significativa del tamaño de su ejército, dejándola vulnerable a futuros ataques. En este sentido, Rusia no solo busca la retirada de las fuerzas ucranianas de los territorios ocupados, sino también que Ucrania acepte una disminución considerable de su capacidad de defensa, lo que haría imposible para el país resistir futuros ataques de Rusia.

Además, Putin ha dejado en claro que su país no está dispuesto a ceder en lo relacionado con el reconocimiento de la anexión de varios territorios ucranianos, incluidos Crimea, Sebastopol, Donetsk, Lugansk, Zaporizhzhia y Kherson. Según el presidente ruso, estos territorios forman parte de Rusia y están inscritos en la Constitución rusa. Por lo tanto, Moscú exige que Ucrania reconozca la soberanía rusa sobre estos territorios, algo que el gobierno ucraniano ha rechazado rotundamente.

El presidente Zelensky ha dejado claro que Ucrania no cederá ni un centímetro de su territorio soberano. Aunque en los últimos meses ha modificado ligeramente su enfoque, centrando más sus esfuerzos en obtener garantías de seguridad que en la recuperación inmediata de los territorios ocupados, sigue firme en su postura de no negociar sobre la integridad territorial de Ucrania.

La posición de la OTAN y la expansión de la alianza

Un punto central en la disputa entre Rusia y Ucrania es la membresía de Ucrania en la OTAN. Durante años, Rusia ha considerado la posibilidad de que Ucrania se una a la alianza militar como una amenaza directa a su seguridad. En este contexto, Putin ha utilizado la expansión de la OTAN como justificación para su agresión contra Ucrania, argumentando que la presencia de la organización en las fronteras de Rusia es una “provocación” y un desafío a su influencia en la región.

Por otro lado, Ucrania ha visto la adhesión a la OTAN como una garantía clave de seguridad frente a la amenaza rusa. El presidente Zelensky ha insistido en que la OTAN es fundamental para la protección de su país, especialmente después de la invasión rusa. Sin embargo, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, comentó recientemente que la adhesión de Ucrania a la OTAN “no es un resultado realista” en el corto plazo. Aunque no descartó completamente la posibilidad, reconoció que, dadas las realidades militares sobre el terreno, la membresía de Ucrania en la OTAN parece improbable en el futuro cercano.

Mientras tanto, la OTAN ha crecido durante el conflicto, con la adhesión de Suecia y Finlandia, que decidieron unirse a la organización en respuesta a la agresión rusa. Sin embargo, el compromiso de Estados Unidos con la OTAN ha sido puesto en duda en varias ocasiones bajo la administración de Donald Trump, lo que ha generado incertidumbre sobre el futuro de la alianza y su papel en la defensa de Ucrania.

Rusia rechaza la presencia de tropas extranjeras

El Kremlin ha dejado claro que no aceptará la participación de fuerzas de paz extranjeras en Ucrania, una propuesta que algunos países europeos, como Reino Unido y Francia, han sugerido como una posible solución para garantizar la seguridad en la región una vez que el conflicto termine. Rusia considera que cualquier despliegue de tropas extranjeras en Ucrania sería una violación de su soberanía y una provocación que podría generar nuevas tensiones.

La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, afirmó que Moscú no aceptará la participación de otros países en el conflicto bajo ninguna circunstancia. Además, Serguéi Lavrov, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, cuestionó la propuesta de enviar una fuerza de paz extranjera compuesta por países que considera enemigos. Según Lavrov, esta idea sería inaceptable, ya que los países de la OTAN no pueden ser vistos como pacificadores en un conflicto que Rusia considera existencial.

Las sanciones y la economía rusa

Uno de los principales temas de conversación en las negociaciones de paz es el impacto de las sanciones impuestas a Rusia. Las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea desde el inicio de la invasión han tenido un impacto devastador en la economía rusa, debilitando su capacidad para mantener su industria militar y sus operaciones en Ucrania. En este contexto, el Kremlin ha solicitado el levantamiento de las sanciones, algo que considera fundamental para la estabilidad económica de Rusia.

Putin ha calificado las sanciones como ilegales y ha pedido su eliminación como parte de cualquier acuerdo de paz. Aunque Moscú públicamente sostiene que todas las sanciones deben ser levantadas, en privado, Rusia estaría dispuesta a aceptar un alivio parcial de las restricciones, especialmente en lo que respecta a los pagos transnacionales y la venta de gas y petróleo. La reducción de las sanciones podría debilitar la unidad de Occidente y permitir a Rusia recuperar parte de su estabilidad económica.

Con información de Infobae

*BC