Christian Eriksen salió de hospital; le implantan desfibrilador automático que regula latidos de su corazón

El médico alemán Jens Kleinfeld reanimaba de manera frenética el pecho de Christian Eriksen.

Cuando de pronto abrió los ojos… y entonces le pregunté.

--"Bueno, ¿has vuelto con nosotros?".

-- "Sí, estoy de vuelta contigo", respondió.

--"Maldita sea, sólo tengo 29 años".

“Fue entonces cuando supe que el cerebro no estaba dañado", relató Jens Kleinefeld, médico alemán que resucitó al jugador danés, lo hizo volver de un paro respiratorio.

Angustia y llanto

El corazón del jugador de fútbol danés Christian Eriksen dejó de latir súbitamente durante el partido Dinamarca contra Finlandia de la Eurocopa el sábado pasado.

Sus compañeros y jugadores contrarios corrieron hacia él para auxiliarlo, tras ellos llegaron los médicos que terminaron por salvarle la vida después de angustiosos minutos en el campo de juego.

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Cuando fue atendido, los compañeros de equipo de Eriksen formaron un anillo protector a su alrededor, ofreciendo algo de privacidad frente a los 15 mil 200 fanáticos que asistieron al estadio y los millones que lo veían por televisión.

Muchos de los jugadores, la mayoría mirando hacia otro lado, estaban llorando. Algunos parecía que estaban rezando también.

Cuando volvió a la vida Eriksen fue sacado en camilla de la cancha y llevado de urgencia a un hospital desde donde confirmó el propio jugador que se encontraba "bien dadas las circunstancias".

Desfibrilador automático

Los médicos confirmaron que Eriksen, de 29 años, sufrió un paro cardíaco y decidieron que le implantarán un desfibrilador automático.

Esto es "necesario debido a las alteraciones del ritmo", explicó el médico del equipo danés Morten Boesen.

El desfibrilador automático implantable, también llamado desfibrilador cardioversor implantable es un pequeño dispositivo con pila que se coloca en el pecho para controlar el ritmo cardíaco y detectar latidos irregulares.

Este tipo de desfibrilador emite impulsos eléctricos a través de uno o más cables conectados al corazón para corregir el ritmo cardíaco anormal, según explicaciones de sitios médicos especialistas en el tema.

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Los pacientes que necesitan de este dispositivo es porque sus latidos del corazón son peligrosamente rápidos (taquicardia ventricular) o porque los latidos son tan erráticos que impiden que el corazón bombee suficiente sangre al resto del cuerpo (fibrilación ventricular).

Los desfibriladores detectan y detienen los latidos anormales del corazón (arritmias). El dispositivo controla continuamente los latidos y emite impulsos eléctricos para restituir el ritmo cardíaco normal cuando sea necesario.

Hay que aclarar que el desfibrilador no es lo mismo que un marcapasos, otro dispositivo implantable que se utiliza para ayudar a controlar los ritmos cardíacos anormales.

“Había pocas posibilidades de éxito”

Eriksen, ex jugador de Tottenham Hotspurs, ahora jugador del Inter de Milán, colapsó poco antes del descanso del partido entre Dinamarca y Finlandia, y tuvo que ser resucitado en el campo de juego.

"Christian aceptó la solución, colocación del desfibrilador automático y además el plan fue confirmado por especialistas a nivel nacional e internacional que recomiendan el mismo tratamiento", añadió el médico del equipo.

El médico alemán Jens Kleinfeld, que lo trató en el campo de juego, narró: "Después de unos 30 segundos, abrió los ojos y pude hablar con él".

"Fue un momento muy conmovedor, porque en tales emergencias médicas en la vida cotidiana, las posibilidades de éxito son pocas", añadió.

Eriksen no es el único

En 2019 el defensa holandés del Ajax Daley Blind fue diagnosticado con una afección cardíaca, la opción también fue colocarle desfibrilador cardioversor implantable y regresó al campo de juego en 2020, dos meses después de la detección médica.

Blind, de 31 años de edad, formó parte del equipo de su país en la Eurocopa 2020 y jugó el primer partido, que terminó con una victoria de 3-2 contra Ucrania.

Sin embargo, hay otro caso que aunque no en el fútbol también se le dio la misma solución. En 2016 James Taylor, de 31 años, y jugador de críquet de Inglaterra, se retiró por problemas cardíacos.

Se le colocó un desfibrilador para poder mantener el ritmo irregular de los latidos de su corazón.

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"Es un desfibrilador que está dentro de mí, tiene la mitad del tamaño de un teléfono móvil y es un poco más grueso. Tiene dos cables que están conectados en la parte inferior de mi corazón. Al principio estaba reacio a tenerlo, pero una vez que comprendí mejor mi condición y cómo me va a ayudar, es mi mejor amigo".

"Opté por colocarlo debajo de mi músculo pectoral, para que no pueda verlo, pero puedes ver los cables en mi pecho, si quieres", aseguró.

"Una de las cosas importantes, le diría (a Eriksen), es hablar con personas en las que confías y también abrirte a personas que han tenido una experiencia similar para aprender y comprender la situación, porque nadie realmente sabe", aseguró.

*BC