Violencia política en Estados Unidos
Por 17 Junio, 2025La polarización ideológica y política en Estados Unidos se mostró en las calles de ciudades estadunidenses el sábado pasado, ante marcha de miles de ciudadanos que rechazan el mando como un rey de Donald Trump y por la mañana la agresión a congresistas demócratas en Minnesota que dejó a una de las victimas muerta.
El atentado contra dos demócratas de Minnesota convirtió en realidad los peores augurios sobre el peligroso clima político en el que vive Estados Unidos con la presidencia de Trump, y refuerza la impresión de que su modo autoritario está alimentando una espiral de resentimiento que puede desbordar hacia la violencia política en cualquier momento y en cualquier lugar del país.
Un ejemplo, la congresista estatal Melissa Hortman, de 55 años y madre de dos hijos, fue asesinada a tiros junto a su marido al abrirle la puerta de madrugada al sospechoso, que iba vestido de policía. El asesino se dio a la fuga tras enfrentarse a los agentes que acudieron a la escena. Una hora antes, el senador estatal John Hoffman y su esposa habían sido tiroteados en su casa de la misma manera, delante de sus hijos.
Ambos sobrevivieron con graves heridas. La policía detuvo ayer al sospechoso, un hombre de 57 años en cuya casa se encontró una lista con más de 50 objetivos, entre ellos activistas por el derecho al aborto y clínicas de salud reproductiva, en una clara motivación política.
Los hechos se suman a una lista de víctimas de la violencia política en Estados Unidos que en la última década ha afectado tanto a demócratas como a republicanos, incluso a Donald Trump, quien durante la última campaña electoral fue herido de bala en un intento de asesinato.
Ese hecho no ha puesto a reflexionar a Trump ni a sus seguidores sobre el peligro del discurso de odio contra los adversarios políticos. Todo lo contrario.
El presidente ha acelerado al máximo su retórica sobre un país lleno de “inmigrantes asesinos, enemigos internos entre los funcionarios y opositores antiamericanos de ultraizquierda” que deben ser purgados de todos los puestos de poder.
La exaltación nacionalista del inquilino de la Casa Blanca, que está cambiando de manera profunda la forma en que los estadunidenses ven su país, a favor y en contra, tuvo su culminación el sábado con un desfile militar en las calles de la capital de EE UU, un regalo de Trump a sí mismo por su 79º cumpleaños.
Una vez más, las instituciones de Estados Unidos fueron utilizadas parta identificar a Trump con la esencia del país, en un ejercicio de populismo de derecha. El desfile recordó al tipo de exhibiciones que disfrutan dictadores en Moscú, Caracas o Pyongyang. Ningún presidente moderno había osado colocar al Ejército en una posición tan incómoda, manchado de partidismo político.
A la misma hora, por todo el país se llevaron a cabo concentraciones, de unos cientos de personas en algunos sitios y de decenas de miles en otros, bajo el lema No Kings (Reyes, no).
La protesta consiguió llamar la atención informativa del desfile. Alienta ver que la ciudadanía empieza a superar el shock por la victoria de Donald Trump y a ver sus acciones como lo que son: no un ejercicio extremo de partidismo, sino algo más, un intento de dominar el sistema democrático y someterlo a su voluntad.
Trump confirmó en campaña que le gustaba la idea de ser un dictador.
Llamar a las cosas por su nombre es el camino para evitar que lo consiga. La polarización política e ideológica en Estados Unidos está llegando a extremos de violencia que pocos desean para esa Nación.
De las anécdotas que se cuentan
Con el paso de los días, las escenas de redadas en distintos puntos de Estados Unidos van en aumento y todo indica que este escenario no cambiará, pues Donald Trump lanzó, paralelo al G7 en Canadá y a su reunión bilateral con la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, la amenaza de que se intensificarán los esfuerzos para detener y deportar a inmigrantes indocumentados en las ciudades más grandes del país, como Los Ángeles, Chicago y Nueva York, donde dijo, residen millones de ellos.
“Los oficiales del ICE de nuestra nación han demostrado una fuerza, determinación y valentía increíbles al facilitar una misión crucial: la mayor operación de deportación masiva de inmigrantes indocumentados de la historia”.
“Diariamente, los valientes hombres y mujeres del ICE sufren violencia, acoso e incluso amenazas por parte de políticos demócratas radicales, pero nada nos impedirá cumplir nuestra misión y nuestro mandato ante el pueblo estadounidense”, aseguró el mandatario.
El anuncio fue más allá, argumentando que estas ciudades son el núcleo del poder demócrata, donde “utilizan a los inmigrantes indocumentados para ampliar su base electoral, hacer trampa en las elecciones y roban empleos bien remunerados y beneficios a los ciudadanos estadounidenses trabajadores”.
La guerra de Trump es contra los políticos del Partido Demócrata, pero las víctimas son los inmigrantes, millones de ellos mexicanos.
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*ARD
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