El clan Vergara de Petlalcingo

El clan Vergara de Petlalcingo

Inteligencia predictiva
Por Dr. Mauricio Saldaña 6 Enero, 2025

La fiesta de Oaxaca

Un día de 2019, llegó una petición de auxilio a distintas dependencias del gobierno estatal de Puebla: el alcalde Filadelfo Vergara Tapia (2018-2021) se había quedado varado en Oaxaca.

El motivo de tal parálisis consistía en que había decidido irse a una fiesta a Huajuapan de León y para no sentirse indefenso, tuvo la ocurrencia de llevarse policías municipales como escolta, debidamente armados.

El señor Vergara seguía a pie juntillas la máxima obregonista de que el tamaño de la pistola es de acuerdo al tamaño del miedo. El problema es que aquellas armas no eran suyas.

Ya adentrado en territorio oaxaqueño, a Vergara le fue detectada su comitiva y se le pidió que mostrara la licencia para portar armas… expedida en Oaxaca. El alcalde sacó a relucir un oficio firmado por su “Comandante” municipal en el que se comisionaba a los policías para escoltarle.

Por supuesto, los policías fueron detenidos y Vergara Tapia comenzó a hacer llamadas a diestra y siniestra para que soltaran a sus acompañantes. Mientras eso hacía, el asunto se enturbió más: varios de sus policías no tenían CUIP.

Las llamadas fueron y vinieron y se gastaron horas en deshacer el entuerto que el alcalde había producido gratuitamente.

Finalmente, los participantes fueron liberados y Vergara Tapia regresó a sus oficinas, protegido en tal espacio por sus policías. quienes literalmente lo acompañaban al baño. Cuando se aburría, salía a caminar por Petlalcingo, rodeado de sus hombres, armados.

Petlalcingo es vecino de Acatlán de Osorio y de Huajuapan de León, lo que le coloca en automático como referente para Los Rojos y CJNG, además de seguir una ruta de trasiego de narcóticos que lleva a Izúcar de Matamoros, pasando por Tehuitzingo.

La violación de una empleada

Años atrás, dos mujeres llegaron a Petlalcingo a atender diversos temas vinculados con SEDESOL, dependencia para la que trabajaban: como era de uso, acudieron a entrevistarse con el alcalde del lugar, para solventar la agenda.

El tema no era menor: considerando la pobreza de la zona, se estaba evaluando la implementación de la política pública “Piso firme”. Con poco menos de 10 mil habitantes, Petlalcingo tiene un grado de marginación “Alto” y formó parte de la entonces “Cruzada Nacional contra el Hambre”, de acuerdo a datos de CONAPO.

Municipio con analfabetismo en el 71 por ciento de sus habitantes con más de quince años de edad, el hecho de que llegaran dos empleadas de SEDESOL a valorar la puesta en marcha de “Piso firme” no solo era importante, sino trascendental para los habitantes de Petlalcingo.

Según señaló la mujer violada por Juan Carlos Vergara Tapia en su declaración ante la Fiscalía General del Estado, en donde nunca prosperó la investigación, el alcalde les ofreció un whisky para continuar conversando, escoltado dentro de su propia oficina por sus policías. Las chicas se negaron.

El alcalde se quitó de la cintura un arma corta y les dijo a las chicas que posaron con ella. Para animarlas, pidió un AK47 y lo puso sobre el escritorio. Esa misma arma la usaría para evadir una de las escasas intentonas para detenerlo.

Las chicas seguían en lo suyo, intentando hablar del tema al que iban, pero no tuvieron la sagacidad para advertir el peligro en el que estaban: de presumir sus armas a meter a la fuerza al baño y violar a una de ellas, solo hubo un paso.

Los policías que estaban ahí presentes se dedicaron a lo suyo: a mantener amenazadas a las dos mujeres. Un taxi que abordaron fue el sello de su visita a Petlalcingo. Juan Carlos terminaría escapándose de la zona.

La fiscalía cumplió con su parte: la investigación nunca despegó y cada quien siguió en lo suyo, incluyendo a las mujeres que había enviado SEDESOL a un tema de trabajo, que terminó en una historia de impunidad.

Jorge Luis fue alcalde de 2002 a 2005; Filadelfo hizo lo propio de 2005 a 2008; Juan Carlos fue alcalde de 2008 a 2011; Isabel fue alcaldesa de 2011 a 2014; Filadelfo regresó de 2018 a 2021. E, Isabel está de nuevo en el cargo.

Jorge Luis fue ejecutado el 17 de octubre de 2003, a manos de su propio cuñado, en el Barrio de San Miguel (Acatlán de Osorio) al salir de la casa de sus ex suegros. El motivo fue que Jorge Luis había amenazado de muerte a la familia de su esposa y su ex cuñado no le dio tiempo de cumplirla.

El sobre y la cancha

Revisando archivos, se observa que el clan Vergara desarrolló un método para ganar los procesos electorales en el municipio: uno de sus operadores sobre el terreno se presenta en alguno de los domicilios que le ha sido asignado.

El mensajero lleva un sobre con dinero y se presenta con el jefe, la jefa de familia. Se le dice que el día de las elecciones, tiene dos posibilidades: o, se presenta para votar por el partido que se le indique o, mejor no acuda a las urnas.

La frase con la que el mensajero señala que el elector al que ha sido visitado, está bajo amenaza de muerte, es sencilla: “si no aceptas el sobre, el alcalde vendrá en persona a entregárselo”. Nadie se resiste a semejante recado.

No es de extrañarse algo así en un municipio en el que se descubrió que un poste de CFE había estado por años, en medio de dos carriles de la entrada a la cabecera principal del municipio, porque Juan Carlos, siendo alcalde, no quiso pagar el costo de moverlo.

Tampoco es cosa rara, tratándose del mismo municipio en el que se construyó una cancha de usos múltiples y un espacio recreativo, arrasando con las lápidas del antiguo panteón y dejando los restos de cientos de difuntos, bajo centímetros del cemento que se colocó para generar el proyecto que el clan Vergara había visto como “obra de gobierno”.

No menos podría esperarse de ese grupo que logró una manifestación inédita en su contra, el 12 de diciembre de 2008, cuando 600 habitantes se lanzaron contra la Presidencia Municipal, por los abusos cometidos.

El entonces secretario de Gobernación Valentín Meneses dio una justificación sobrenatural y beatífica ante los medios de comunicación: “no fue una manifestación, sino una procesión en honor de la Virgen de Guadalupe”. En persona me dijeron dos indicadores federales que vigilaban la zona: “entonces, las docenas de Policías Estatales que llegaron al lugar, también participaron en la procesión”.

Epílogo caciquil

Por años, la vinculación del clan Vergara Tapia con la delincuencia organizada se ha mantenido sin ser sancionada: Juan Carlos se esfumó ante los ojos de dos fiscales generales en Puebla. A ver qué hace la nueva ocupante del cargo.

Petlalcingo ha sido gobernado por el clan Vergara Tapia desde 2002 y ahora mismo lo sigue siendo, con Isabel. Filadelfo falleció por Covid-19.

En la fiscalía estatal de Puebla tendrían que preguntarle al entonces director de la Agencia Estatal de Investigaciones qué pasó con las órdenes de aprehensión pendientes, una por homicidio y la segunda por violación a la empleadas de la Secretaría de Desarrollo Social.

Petlalcingo vio el 31 de diciembre de 2024 otro episodio de su novela criminal: Juan Vergara, hijo del ex alcalde Juan Carlos y sobrino de la actual alcaldesa Isabel, murió en un enfrentamiento entre Marinos y una pandilla de ladrones dedicada al robo de vehículos en Acatlán de Osorio.

El gobierno estatal no ha musitado una palabra respecto al mundillo delictivo que opera en el nodo principal del gobierno municipal de ese territorio, desde hace décadas. Información pura y dura, la tienen en sus oficinas. A ver si ya es la hora de ajustar cuentas con un pasado de oprobio y dominación.

*ARD

 

Diario Puntual te recomienda estas notas:

Las mafias de Quintana Roo

El modelo salvador

Los cárteles terroristas