Alza al pasaje
Por 15 Noviembre, 2024Se acaban los días y el tiempo para que el actual gobierno otorgue el aumento al pasaje de transporte urbano, lo que al final podría suceder en la última semana de este noviembre.
Será el lunes 25 de noviembre cuando se conozca el “Informe de evaluación del estado y gastos por operar el transporte público en Puebla”, paso para discutir el alza a 18 pesos que demandan los permisionarios, que en corto dan como un hecho que les será otorgado, aunque podría quedar en 12 pesos y una serie de condiciones de “modernización”.
El secretario de Gobernación, Javier Aquino Limón, precisó que el dictamen será entregado a los concesionarios que participan en las mesas de negociación y será fundamental en torno al tema-
El gobierno actual y el que está por entrar, no pretenden conceder el alza, lo condicionan a que se establezca un mejor servicio, lo que no han hecho los dueños de las unidades desde hace décadas, siempre con la justificación de que no les alcanza para cambiarlas, pero no abandonan el servicio porque sus ganancias existen.
Nadie trabaja para perder.
Parece un sueño o una forma de ganar tiempo, pero el gobierno pretende generar beneficios generales, tanto para los concesionarios como para los usuarios, quienes cuando se dé, serán los primeros que sentirán los ajustes a la tarifa.
"Acordamos que vamos a dar un plazo de aproximadamente dos semanas para que nos puedan presentar este dictamen de manera muy práctica y objetiva", precisó.
Cuando los concesionarios sean recibidos en Gobernación deberán detallar los gastos y el estado de sus unidades para justificar la tarifa que exigen. El gobierno no espera que le entreguen las concesiones que, según dicen, hoy les genera pérdidas “millonarias”, pero siguen rodando todos los días en las calles de Puebla.
"Lo que buscamos no solamente es una modificación a la tarifa, sino una mejora del sistema de transporte público en general, para no tomar decisiones unilaterales", insistió, aunque sabe bien que si este gobierno lo concede por tiempo no cumplirán sus compromisos, aunque para evitar dejarle un problema a la próxima gestión lo puede conceder en la última semana de noviembre.
El aumento al pasaje es una demanda de hace más de un año y hay protestas, como cierres de vialidades, por lo que el gobierno busca fuentes de financiamiento para mejorar las unidades, aunque históricamente jamás cumplen sus compromisos.
Los permisionarios exigen aumento al pasaje, pero no garantizan cumplir con la mejora del servicio, es más ni con subsidios, como les dio Moreno Valle lo hicieron.
El suyo es un negocio que rueda y si se concede aumento a 12 pesos los hará más ricos, pero jamás mejores prestadores del servicio, porque lo suyo es quejarse, jamás atender a sus usuarios.
De las anécdotas que se cuentan
Leer un artículo de The Washington Post el fin de semana que siguió a la victoria de Donald Trump, incluye una frase demoledora por su sinceridad. La pronunció el presidente de OpenAI, Sam Altman: “Esta noche lloramos, nos desesperamos y tenemos miedo. Mañana volvemos a trabajar para intentar construir el mundo que queremos”.
Pocos jefes de empresas gigantes tienen la capacidad para señalar lo que sintieron en aquella noche en la que los votos fueron cayendo a favor del magnate de los casinos, sin omitir que seguramente pasó algo similar en 2016.
Jeff Bezos, fundador de Amazon y dueño de The Washington Post optó por la corrección política: “Felicitaciones al 45º y ahora 47º presidente por un extraordinario regreso político y una victoria decisiva”.
No hay que pensar demasiado qué negocios son negocios y Trump pertenece más a las facturas y contratos que a la política. Es lógico que los mandamases de docenas de empresas globales se encojan de hombros y entiendan que no les queda más que lidiar con este chivo en cristalería por los próximos cuatro años.
Algunos, los menos, creen que Trump va a reducir a la burocracia del gobierno en forma extraordinaria, lo que va a sentar nuevas bases para hacer negocios y entender el papel del burócrata en un mundo digital. Otros, muy pocos, creen que Trump va a disparar el uso de criptomonedas, inteligencia artificial y expandir el negocio eterno de las proveedoras de material bélico.
Ahí quedan los tres pensamientos base para la era Trump: el miedo de Altman, la corrección política de Bezos y el aplauso atronador de Elon Musk.
Seguramente algo habrá que aprender de estas ideas, particularmente si vivimos en el patio trasero, como diría alguna vez el ex canciller Jorge Castañeda.
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*ARD