Los pecados del alcalde
Por 11 Octubre, 2024Tres consecuencias se dieron tras el escandaloso asunto del crédito que no es crédito y las deudas que no son deudas, en la versión de Adán Domínguez Sánchez, presidente municipal de Puebla:
La primera es que Adán se inmoló con semejante ocurrencia, ya no se diga para aspirar a algún cargo directivo en su partido político, Acción Nacional, sino en general para cualquier posición pública en Puebla.
Dicho de forma coloquial, se quemó.
La segunda es que Domínguez no armó todo este desbarajuste por iniciativa propia. Es de entenderse que sus decisiones las hizo con plena autorización o en todo caso, bajo las órdenes de su jefe político, Eduardo Rivera.
Debe ser muy atractivo el premio para aceptar semejante sacudida en su debut y despedida como alcalde.
La tercera es que el tema de las cuentas por pagar, ya sea por obras o acciones ejecutadas, que en este caso suman oficialmente 448 millones de pesos que se adeudan a proveedores, difícilmente podrán achacarse al tesorero municipal, Omar Coyopol, ya que él se limita a obedecer órdenes.
La planeación financiera depende de la particular adrenalina de quien decide, no del pagador.
No menos importante es señalar que los mil 400 millones de pesos que se han agitado mediáticamente para vender la idea de que José Chedraui los tendrá en la mano apenas entre al Palacio del Ayuntamiento, no están en caja, sino que son una proyección de los ingresos que la nueva administración “debe” recibir a finales de año.
Esos cientos de millones dependen de quien tributa y no de quien los recibe.
“Haiga como haiga sido”, el tema de los dineros que no existen en caja, de los que se espera que lleguen a finales de año y los créditos que sí se intentaron obtener, pero que ni siquiera tendrían posibilidades de pasar por el filtro de ley, deja muy mal parada a la administración panista que de por sí cargaba con un pasivo aún más grave: el de la inseguridad pública.
Hay lealtades que queman, es la lección a aprender.
De las anécdotas que se cuentan
Apenas ganada la elección, Pepe Chedraui se reunió con Lalo Rivera.
En un encuentro cordial, el futuro alcalde electo de Morena sólo le pidió a su antecesor que le informara de la situación económica en la que dejaba el Ayuntamiento de Puebla, que gobernó por segunda ocasión.
La respuesta fue positiva y sólo pidió tiempo.
Semanas después insistió e incluso lo mismo pidió a Adán Domínguez, quien dijo que todo estaba bien y le daría los detalles después.
La sospechosa negativa se confirmó esta semana, cuando por versiones periodísticas se supo que los panistas necesitaban 600 millones de pesos líquidos para dejar en caja recursos, para que pagarán sus pendientes.
El tema puede ser peor.
Lalo y Adán no dieron la información requerida a tiempo y tendrán que enfrentar las consecuencias del mal manejo financiero del presupuesto que quisieron ocultar. Al tiempo
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*ARD