Muera el mal gobierno
Por 21 Septiembre, 2022El grito de independencia inició la madrugada del 16 de septiembre de 1810 con el cura Miguel Hidalgo, y desde entonces, se celebra para conmemorar el inicio de la independencia de nuestro país, a nivel nacional, estatal y municipal, siendo el más importante el del presidente de la república.
De acuerdo al protocolo oficial, el Grito de Independencia se debe llevar a cabo de la siguiente forma:
“¡Mexicanos!
¡Vivan los héroes que nos dieron patria!
¡Viva Hidalgo! ¡Viva Morelos!
¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez!
¡Viva Allende! ¡Viva Aldama!
¡Viva la independencia Nacional!
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Sin embargo, varios de los presidentes han querido presentar creativamente nuevos “vivas” en su grito oficial, que han desvirtuado el protocolo establecido y que han servido para demostrar su visión del momento político que se vive y para añadir a diversos personajes de la historia patria.
El presidente Echeverria en su momento gritó un viva a los países del tercer mundo, haciendo sentir que su visión de líder latinoamericano era posible; el presidente Salinas incorpora a los héroes de Chapultepec, de la reforma y la revolución.
En el siglo XXI, quizá el primero que rompió el protocolo fue Vicente Fox en su sexto grito de independencia cuando incluyó a las mexicanas y a los mexicanos, un viva a Leona Vicario, un viva a nuestras instituciones, un viva a nuestra democracia y un viva a la unidad.
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Casi todos los presidentes de la república, incluidos gobernadores y presidentes municipales que han dado algún grito de independencia, han incluido frases distintas al protocolo, que a veces han rayado en el exceso o en el ridículo.
Sin embargo, desde el grito inicial en Dolores Hidalgo, en que también se arengó con gritos de muerte, todos habían presentado sus expresiones en sentido positivo, diferente a lo que escuchamos en el cuarto grito de independencia del presidente López Obrador cuando gritó vivas a la muerte de la corrupción, vivas al clasismo y al racismo.
Inmersos en una ola de violencia en el país, gritar que muera algo o que muera alguien, es un contrasentido y una irresponsabilidad.
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Quién lanza vivas a la muerte, ¿en que está pensando?, porque si en este gobierno se habla de combate a la corrupción, pues hay casos emblemáticos de la misma que lejos de “matarla”, ha sido tolerada, como la casa gris del hijo, los sobres amarillos de los hermanos y los contratos a familiares del presidente; la corrupción de Delfina, la que va a ser candidata al estado de México, o de Ana Guevara en el deporte mexicano; los contratos de CFE de Bartlett o los escándalos de SEGALMEX, por mencionar algunos.
Al gritar que muera el clasismo y el racismo, ojalá se hubiera referido a excluir de su lenguaje mañanero esas expresiones de descalificación como “fifís”, “conservadores”, “hipócritas”, “fascistas” o “traidores a la patria”.
El colmo hubiera sido que hubiera gritado muera el INE, muera el tribunal electoral federal, muera la constitución y muera la ley que es la ley.
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No se le debe olvidar al presidente, algo que no se les olvida a los mexicanos, que el cura Hidalgo, en aquel 16 de septiembre de 1810 uno de sus primeros gritos para arengar a la multitud fue: “Muera el mal gobierno”. ¡Cuidado!
*Es Diputado Federal del PAN
*ARD