Más de 19 mil fieles han acudido a despedirse del papa Francisco
Por 23 Abril, 2025
Ciudad del Vaticano. La Basílica de San Pedro se ha convertido esta semana en el epicentro mundial del catolicismo con la llegada de miles de personas que buscan despedirse del papa Francisco, fallecido el lunes 21 de abril a los 88 años. Desde la apertura de la capilla ardiente, más de 19,000 fieles han cruzado sus puertas, y se espera que el número supere los 200,000 visitantes durante los próximos días.
Multitudinaria despedida al pontífice argentino
El cuerpo del pontífice descansa bajo el famoso baldaquino de Bernini, custodiado por cuatro miembros de la Guardia Suiza, en un féretro de madera y zinc, sencillo, tal como él mismo lo pidió. A diferencia de sus antecesores, Francisco no fue colocado sobre un catafalco ceremonial.
El flujo de personas ha sido constante desde primeras horas del día. Entre sol, silencio y devoción, peregrinos, turistas y creyentes hacen fila por hasta cinco horas para pasar ante los restos mortales del papa argentino, vestido con sotana roja, mitra papal y sosteniendo un rosario entre las manos.
Para frenar la descomposición, el cuerpo ha sido sometido a un procedimiento de tanatopraxia, técnica que permite su conservación durante los días de exposición pública. Esta práctica, cuyo nombre proviene del griego thanatos (muerte) y praxis (práctica), implica la inyección de líquidos conservantes en las arterias y tratamientos externos para asegurar una presentación digna del difunto.
Francisco eligió su tumba en Santa María la Mayor
Aunque su cuerpo descansa temporalmente en la Basílica de San Pedro, el testamento de Francisco establece que su lugar de sepultura será la Basílica de Santa María la Mayor, una de las cuatro basílicas papales de Roma y sitio al que solía acudir a rezar antes de cada viaje.
El viernes 25 de abril, el cardenal camarlengo Kevin Joseph Farrell presidirá el cierre del ataúd a las 20:00 horas. La misa de despedida tendrá lugar el sábado 26 de abril, tras la cual el féretro será trasladado a Santa María la Mayor para su entierro definitivo, cumpliendo así la voluntad del pontífice que llegó "desde el fin del mundo" y marcó una era en la historia de la Iglesia.
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