Prisión de Sednaya en Siria, un “matadero humano” para miles de presos

IMÁGENES SENSIBLES: Prisión de Sednaya en Siria, un “matadero humano” para miles de presos

Se estima que durante casi catorce años de conflicto más de 100.000 personas desaparecieron en la red de prisiones del régimen.
Por Redacción 11 Diciembre, 2024

La prisión de Sednaya ha sido consideradora como el lugar más macabro del régimen Bashar al Asad al haberse practicado desde torturas, violencia, masacres donde miles de personas fueron asesinadas.   

Torturas extremas eran parte de las prácticas más frecuentes que enfrentaban los miles de presos que se encontraban en ella o llegaban a caer en sus muros.    

La prisión se ubica en una colina a unos treinta kilómetros al norte de Damasco y abarca una superficie de 1,4 km2. En este complejo se encuentran dos construcciones: el edificio rojo, donde los presos estaban recluidos y eran torturados, y el edificio blanco, donde había una sala de ejecuciones en el sótano.

Un emblema del régimen

La prisión de Sednaya comenzó a construirse en 1981 bajo el Gobierno de Háfez al Asad, padre de Bashar, y abrió sus puertas en 1987 bajo manos del Ministerio de Defensa. A principios del siglo XXI, ya con Bashar al Asad en el poder, la mayoría de los presos eran islamistas retornados de la guerra Irak a los que el régimen consideraba una amenaza.

Ya en 2008, una revuelta dentro de la prisión puso en evidencia la fuerza letal que se utilizaba en la prisión. Tras un intenso registro por parte de los guardias, los prisioneros se levantaron en contra y fueron reprimidos con disparos y gases lacrimógenos. Este motín dejó al menos nueve detenidos fallecidos, aunque algunas organizaciones sirias denunciaron que la cifra podría ser mayor.

Las detenciones aumentaron de manera significativa desde 2011. Aquel año se produjeron una serie de protestas populares masivas en el marco de las revueltas árabes, que con la respuesta represiva del régimen desembocaron en la guerra civil siria.

Como parte de esa represión, las fuerzas de Asad organizaron una red de prisiones para encarcelar a miles de personas, desde miembros de grupos rebeldes en la guerra hasta opositores políticos, activistas, trabajadores humanitarios y todo tipo de civiles. La más conocida fue la prisión de Sednaya, donde muchos fueron enviados directamente o después de pasar por otras cárceles.

El número de detenidos durante la guerra civil siria se desconoce debido a las ejecuciones, desapariciones y la ausencia de contacto con el exterior. Sin embargo, se estima que durante casi catorce años de conflicto más de 100.000 personas desaparecieron en la red de prisiones del régimen. En un informe de 2017, Amnistía Internacional denunció la prisión de Sednaya como un “matadero humano” en el que habrían muerto entre 5.000 y 13.000 personas desde 2011 hasta 2015. Asimismo, estimó que esta cárcel podía albergar hasta 20.000 detenidos hacinados en sus celdas, pues se calcula que tenía capacidad para 1.500.

Ese mismo año, el Departamento de Estado de Estados Unidos informó que en la prisión de Sednaya se había construido un crematorio para acabar con los restos de los presos asesinados. Por su parte, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos denunció en 2021 que 30.000 prisioneros habían sido asesinados en Sednaya desde 2011.

La prisión de Sednaya tras la caída de Asad

Tras acabar con el régimen de Asad a principios de diciembre, los rebeldes sirios encabezados por la organización Hayat Tahrir al Sham (HTS) se dirigieron a abrir las puertas de las cárceles de la dictadura. A su vez, la apertura de los centros de detención llevó a cientos de personas a acudir a las prisiones con la esperanza de encontrar a sus familiares desaparecidos.

Sin embargo, estos centros cuentan con fuertes dispositivos de seguridad. En particular, la prisión de Sednaya está rodeada primero por un arco de minas antitanques y luego por otro de minas antipersonas que podrían seguir activas.

Ante este riesgo, los Cascos Blancos —un grupo sirio de defensa civil— se han encargado de acudir a Sednaya para liberar a los prisioneros y conseguir pruebas de las torturas llevadas a cabo durante el régimen de Asad. Por un lado, aseguran haber liberado a entre 20.000 y 25.000 prisioneros que tenían rasgos de tortura y malnutrición.

Por otro, los métodos de tortura denunciados desde hace años abarcan desde descargas eléctricas hasta violaciones o cortes de genitales, además de las condiciones infrahumanas. Asimismo, hubo denuncias de zonas y celdas ocultas en la prisión de Sednaya donde habría más detenidos bajo tierra.

Pero tras una investigación en busca de estas zonas ocultas, la Asociación de Detenidos y Desaparecidos de la Prisión de Sednaya ha negado la existencia de celdas subterráneas.

 

*ANN

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