Las mafias de Quintana Roo
Por 2 Enero, 2025De Playa del Carmen a playa del crimen
El pasado 27 de diciembre, cinco disparos a la cabeza acabaron con la vida de un hombre canadiense en Playa del Carmen, Quintana Roo. Mathieu Bélanger era integrante de una pandilla trasnacional, los Hell Angels y era su representante ante Los Menores, personajes que dinamitaron al Cártel de Sinaloa.
La ejecución se dio en el estacionamiento de la plaza comercial Xaman Ha Center de Playacar. Al consultar las listas OFAC, Xaman Ha Center está identificado como SDNTK o, parte de la “Lista de la OFAC de Nacionales Especialmente Designados y Personas Bloqueadas, de conformidad con la Ley de Designación de Cabecillas Extranjeros del Narcotráfico y el Reglamento de Sanciones a los Cabecillas Extranjeros del Narcotráfico”.
OFAC apunta que este lugar es propiedad de Grupo Segtac S.A de C.V, controlada por la organización “Los Cuinis”, encargados del ramo financiero de CJNG.
Bélanger había sido detenido en abril: no habían pasado más de unas pocas horas cuando fue dejado en libertad y las autoridades no dieron alguna señal de lo que había ocurrido con este personaje. El retobo tiene sustento si se considera que era un delincuente buscado por distintos delitos en Montreal.
Este hombre llegó a Playa del Carmen en 2022 y se dedicó a preparar envíos de cocaína hacia sus colaboradores en la región de Quebec. Bélanger y su esposa formaban parte de los objetivos de la Operación Percuter del Escuadrón Nacional de Represión contra el Crimen Organizado (Escouade nationale sur la répression du crime organicé, ENRCO).
La operación Percuter
El pasado 4 de abril, un pandillero de los Hell Angels en Montreal, Vincent Boulanger, y cuatro cómplices, Mickael Lauzon, Gianni D’Alfonso, Jonathan Gravel y Yann Graveline-L’Écuyer, dejaron la prisión canadiense.
Los cinco hombres iban directo a juicio por cargos de tráfico de drogas y asociación criminal ante el Tribunal de Montreal, pero la fiscalía local abandonó la causa y el juez del Tribunal Superior, Michel Pennou, ordenó su liberación.
La fiscalía no dio explicaciones del porqué tiró la toalla con los pandilleros. La Operación Percuter fue un caso de investigación sobre narcóticos en Canadá, casi sustentada por completo en las declaraciones de un testigo colaborador.
El asunto estuvo turbio desde un principio, cuando el testigo estrella se declaró en bancarrota, pese a los pagos que recibió por parte de las autoridades, por unos 200 mil dólares. A partir de la quiebra, las cosas comenzaron a enrarecerse y sus abogados pidieron suspender el procedimiento por “comportamiento abusivo del Estado”.
Los abogados defensores presionaron a la fiscalía y a la División de Protección de Testigos hasta sus límites cuando llamaron como testigo a un fiscal de la Oficina de Delitos Graves y Asuntos Especiales. La fiscalía abandonó el procedimiento.
Algo quedó en las penumbras: el testigo colaborador mintió sobre sus bienes y las autoridades decidieron echarle dinero bueno al malo, lo que terminó acorralando a la fiscalía en un circo en el que nadie sabe qué ocurrió realmente.
Percuter se concentró en dos líneas delictivas: narcotráfico y lavado de dinero mediante empresas de alquiler de autos de lujo, con la participación de no menos de veinte personas, quienes junto a Mathieu Bélanger, formaban parte de una organización criminal,“Fratrum”, proveedora de narcóticos a los Hell Angels.
Pues, desde Playa del Carmen se preparaba el traslado de cargamentos de cocaína y fentanilo. Se supo que Mathieu Bélanger usaba una falsa identidad mexicana al igual que su esposa Andree Ann. Ambos “habían nacido” en Huatulco, Oaxaca y tenían una casa ahí, en el Fraccionamiento Bosques de Bambú.
Cuando lo detuvieron en abril, le encontraron narcóticos y armas en su camioneta. Lo habían acusado de desobediencia y resistencia a particulares al ser detenido cuando circulaba por la Calle 4 y Avenida 15 de la Colonia Centro de Playa del Carmen, municipio de Solidaridad, Quintana Roo.
La detención tuvo un final a la mexicana: buscado en Canadá, “nacido” en Huatulco, con armas y narcóticos en su camioneta, pero alguien en la policía de Playa del Carmen consideró que no era relevante. Lo dejaron ir.
Pandilleros globalizados
El Hell Angels Motorcycle Club (HAMC) es una longeva organización criminal, puesta en marcha en Fontana (California) en 1948 y ha crecido mediante la fusión de docenas de pandillas y clubes de motociclismo en todo el mundo, con docenas de miles de integrantes.
Los Hell Angels forman parte del consorcio de motociclistas criminales más grande de los Estados Unidos, junto a los Pagans, Outlaws y los Rangers, especializándose en el cobro de piso y el narcotráfico.
Los Hell Angels hicieron negocios con los antiguos Zetas, además de tener alianzas con el Cártel de Sinaloa y el Cártel del Golfo, para vender narcóticos en Texas, Oklahoma y Georgia. Después se supo que esa pandilla funciona como outsourcing de sus socios mexicanos en Estados Unidos, para eliminar gente a pedido.
Los Hell Angels no es la única pandilla de alto impacto que tiene negocios con alguna de las dos facciones que alguna vez integraron al Cártel de Sinaloa: ahí están Los Rastrojos en Colombia, el Cártel de Paraguaná en Venezuela y Los Choneros en Honduras.
En Estados Unidos, el Cártel de Sinaloa distribuye narcóticos a la Mexican Mafia, socios que compran lo suyo para consumo de miles de presos, federales y estatales.
En ese sentido, tanto la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) como la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) tienen identificados a distintos grupos criminales de alto impacto procedentes de una docena de países, operando desde Quintana Roo.
Playa narco
La DEA ha establecido que buena parte de las aventuras empresariales de estos grupos criminales extranjeros se dio desde el año 2020. Autoridades del gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador y del gobierno estatal se encogieron de hombros ante el alud de actividades delictivas de criminales procedentes de Guatemala, Colombia y Venezuela.
Los puntos de mayor actividad criminal son Cancún, Chetumal, Cozumel y Playa del Carmen y desde ahí se gestiona toda clase de negocios: desde tráfico de narcóticos y contrabando de diamantes, hasta tráfico de indocumentados y robo de vehículos a pedido, que posteriormente serán enviados a naciones tan disímbolas como Guatemala y Portugal.
Si usted me dice que se trata de rarezas, le diré que no. Conocí un grupo de delincuentes que operaban en el estado de Puebla y que participaban en una cadena de suministro de autos robados que terminan vendiéndose a precios de ganga en Centroamérica.
De los grupos delictivos que han apostado fuerte por Quintana Roo se encuentra Solntsevskaya, que no es ucraniana, como lo señalan algunos medios mexicanos, sino rusa y asociada a Semion Mogilevich, histórico zar de zares del crimen organizado moscovita.
Solntsevskaya o Arnosha ha estado en el ojo del huracán, dada una multitud de conexiones que se le han identificado con el FSB, Rusia Unida y el grupo empresarial-político conocido como “Los oligarcas rusos”.
Arnold Spivakovsky (anteriormente Tamm; adoptó el apellido de su ex esposa) Sergei Mikhailov y Viktor Averin han sido los mandos más importantes de este grupo criminal.
Además de los rusos, también hay actividad en Quintana Roo por parte de grupos de alto impacto de Armenia, Croacia, Hungría, Italia, Georgia, Polonia, Portugal, Rumania, Serbia y como es de entenderse, de Canadá y Estados Unidos.
Y, en el mismo estado hay actividad de: Cártel del Golfo, Cártel de Juárez, Cártel del Noreste, Cártel de Sinaloa, Cártel Jalisco Nueva Generación, Organización Beltrán Leyva, Guerreros Unidos, La Familia Michoacana, La Línea y Los Rojos.
Chiapas, Puebla, Quintana Roo…
Si revisa quienes son los encargados de investigar a los criminales en el estado de Quintana Roo, entenderá porqué los malos pueden hacer lo que consideren pertinente.
Hace algunos años, siendo Luis Miguel Barbosa el gobernador de Puebla, colocó a cierta docena de personajes en cargos clave de los mecanismos policiales y de inteligencia. Mientras la aplastante mayoría de los opinadores aplaudió la medida, unos poquísimos nos preguntamos para qué se dieron semejantes nombramientos.
La respuesta llegó rauda: se dio un reacomodo criminal en la entidad, que alcanzó impunidades y peligrosidades inéditas que maximizaron los accesos de CJNG, que desde 2017 rondaba tierras angelopolitanas. El tiempo pasó y uno de esos funcionarios terminó detenido en Guatemala y extraditado a los Estados Unidos, por narcotráfico. Empero, a otros les fue mejor y ahora despachan en distintas oficinas quintanarroenses.
Alguien quiso repetir en Quintana Roo el modelo que se echó a funcionar en el estado de Puebla, ocasionando ovación cerrada por parte del crimen organizado. Y mientras tanto, gente como Mathieu Bélanger trabajó para los Hell Angels desde Playa del Carmen.
Epílogo con playa
Hace tiempo, conversé con un alto funcionario de uno de los grupos de inteligencia privada más importantes de Israel. Me respondió desde sus oficinas, no en México ni Monterrey sino en Quintana Roo. Algo dice ese interés por tener personal de tiempo completo en ese estado.
Así, las batallas desde y hacia el crimen organizado se dan en una entidad que aparenta vender playas y sol, pero esconde otros encantos. El de la impunidad, por ejemplo.
*ARD