No, a una zona de tolerancia

No, a una zona de tolerancia

Del reportero
Por Fernando A. Crisanto 17 Marzo, 2022

La congruencia acompaña a Eduardo Rivera, presidente municipal de Puebla, cuando contundente señala que su ayuntamiento no pretende legalizar ni otorgar lugares "exclusivos" para el trabajo sexual.

Agregó que su gobierno no está buscando que las y los sexoservidores se "instalen" en las casonas que la Secretaría de Gobernación municipal pretende habilitar para las más de 500 personas que se ubican en el Centro Histórico.

Sería un suicidio político construir, en tiempos en que la delincuencia organizada no tiene límites para ampliar sus espacios de venta de drogas, contrabando de estupefacientes, tráfico de indocumentados y menores de edad, trata y extorsiones, un lugar ideal para el ejercicio de quienes están detrás del sexoservicio, que en si no es un delito como lo es el lenocinio.

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Para Rivera, el ayuntamiento tiene que ser muy responsable con este asunto, por lo que su Secretaría de Igualdad Sustantiva de Género, dialoga para apoyar a quienes se dedican a ello a buscar otras alternativas de trabajo.

"El gobierno de la ciudad no está buscando que se instalen -como se ha comentado- en algunos lugares exclusivos y legalizar ese tipo de situaciones, porque además la ley no lo permite. Hay que ser muy claros y nosotros tenemos que ser responsables acerca de esta situación", expuso.

Hay marcha atrás en la propuesta presentada el 17 de febrero por el secretario de Gobernación del Municipio, Jorge Cruz Lepe, quien adelantó que se permitiría el sexoservicio en 16 casonas del Centro Histórico, entre ellos el callejón del cine Variedades, ubicado entre la 2 y la 4 poniente, pero no se avanzó en ese sentido.

El presidente municipal tiene el compromiso de limpiar el Centro Histórico lo mismo de ambulantes que de quienes se dedican al sexoservicio, detrás de estas actividades hay verdaderas bandas delincuenciales y en eso no se dará marcha atrás.

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El futuro de Eduardo Rivera está en su presente, por ello es tan importante su congruencia y no por quedar bien con intereses vinculados a estos “negocios” tomar decisiones que después lamentará. 

 

Los miedos de una encuesta

La Encuesta Nacional de Cultura Cívica (ENCUCI) 2020 elaborada por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) permite entender, entre muchas otras cosas, la forma en que los mexicanos queremos ser gobernados.

Por supuesto, esta encuesta maneja otros temas igualmente importantes, ya sea el nivel de interés y el grado de conocimiento que las personas encuestadas tienen sobre los temas de la democracia, así como de la agenda pública.

Los datos que los encuestados aportan para la confección del estudio demoscópico, son cruzados por los especialistas del INEGI, con distintas variables: edad, identificación de género, estado civil, religión, discapacidad, entre otras.

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También, permite identificar la permeabilidad en la sociedad, de la participación política, la representación de los ciudadanos a través de diversas figuras y el ineludible asunto de los delitos electorales.

Por otra parte, da la posibilidad de identificar lo que mueve al mexicano en el subjetivo mundo de las creencias, valores y la forma en que éstos inciden en la democracia.

En resumen, se trata de una de las encuestas más importantes del INEGI para entender qué corre por la mente de los mexicanos a la hora de elegir gobernantes.

Pues, en uno de tantos apartados, el instrumento pregunta a los encuestados sobre qué modelo de gobierno les harían sentirse en mejores condiciones.

Podría decirse que permite ubicar si la población acepta de buen modo un gobierno inscrito en el sistema democrático, uno de corte más bien autócrata, de estilo tecnocrático u, otro dirigido por un líder que goce de un amplio posicionamiento.

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En tales entendidos, el INEGI ofrece cuatro alternativas de elección: “en donde todos participen en la toma de decisiones”; “un gobierno encabezado por expertos que tomen las decisiones”; “por un líder político fuerte” o, por un “gobierno encabezado por militares”.

Cabe señalar que la versión atendida por el reportero es la de 2020.

Las preferencias señalan que, el 69.2 por ciento de los encuestados se considera “Muy de acuerdo” en un gobierno “en donde todos participen en la toma de decisiones”.

Muy cerca, el 62.2 por ciento se manifiesta “Muy de acuerdo” y “Algo de acuerdo” si los mexicanos tuviéramos “un gobierno encabezado por expertos (en salud, economía, entre otros temas) que tomen las decisiones”.

Por su parte, el 41.5 por ciento se ostenta “Muy de acuerdo” y “Algo de acuerdo” si el gobierno estuviera encabezado por “un líder político fuerte”.

Sin embargo, el 16.6 por ciento estaría “Muy de acuerdo” si se contara con un “gobierno encabezado por militares”. Más lejos, el 23.5 se manifestó, “Algo de acuerdo”.

El gobierno militar, se alcanza el 40.1 por ciento, que es una cifra nada despreciable de personas.

Si usted cree que los mayores de edad son las que preferirían un gobierno militar, piénselo dos veces: los que están “Muy de acuerdo” tienen su mayor cantidad de adeptos en los estratos de 15 a 17 años de edad (18.5 por ciento) y los de 18 a 19 años (20.8 por ciento).

Y, ocurre algo similar en la respuesta vinculada a “Algo de acuerdo”: los jóvenes, de 15 a 17, optaron en un 32.3 por ciento por esa modalidad de gobierno.

Un dato complementa el cuadro: los mexicanos que más se inclinaron por un gobierno militar viven en dos regiones: “Aridoamérica oriental” (Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Tamaulipas) así como “Mesoamérica occidental” (Colima, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit y Querétaro).

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Expertos consultados por el reportero dicen que esta tendencia a un gobierno con botas está permeando también en la región “Mesoamérica” (Guerrero, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala y Veracruz).

La explicación que dan a este comportamiento radica en que, tanto “Aridoamérica oriental” como “Mesoamérica occidental” son las regiones en las que se ha cebado con más sadismo la delincuencia organizada.

¿Estamos a tiempo de cambiar los abrazos y no balazos por otra política pública?

Es pregunta que transita de paso redoblado a paso veloz, antes de que el futuro nos alcance.

fcrisanto00@yahoo.com.mx

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*ARD