Popularidad, no lo es todo
Por 20 Marzo, 2021El liderazgo de Andrés Manuel López Obrador, nadie ni sus detractores lo ponen en duda, las simpatías y la base social que lo respaldan son una amplia mayoría de los mexicanos, lo interesante es que desde su posición privilegiada polariza casi todas las mañanas entre lo que considera el pueblo “bueno” y el “malo”, la justicia a su modo y la corrupción de sus adversarios.
Esa posición obliga a los mexicanos a tomar partido y en ocasiones a asumir también posiciones radicales.
Las clases altas y medias del país están asumiendo una posición que quizá no salga a las calles a manifestarse, pero que puede traducirse en votos en contra si salen el 6 de junio a ejercer su derecho a votar autoridades y a construir un contrapeso desde la Cámara de Diputados, hoy con mayoría de Morena, al presidente de la República.
Hasta ahora hay grupos ciudadanos y empresariales como Sí por México que impulsan la oposición al presidente, con base en sus propuestas PAN-PRI-PRD construyeron una coalición contra Morena que hasta ahora carece de estrategia y discurso ganador.
No hay un líder que tenga la fuerza para oponerse a López Obrador, quizá por ello la brusca y repentina reaparición del abogado Diego Fernández de Cevallos, como el mayor crítico del inquilino de Palacio Nacional.
El ex candidato a la presidencia de República en 1994, crítica todos los días a la administración López Obrador y su Cuarta Transformación.
No es menor el tono, tanto que el presidente lo aludió en su mañanera del 5 de marzo cuando dijo: “eso sí calienta” con relación a que existe corrupción en su gobierno y proyectó el debate que sostuvieron ambos hace 21 años, en un canal de Televisa.
Fernández de Cevallos escribió en su artículo de Milenio un día después que López Obrador “ocupa mucho de su tiempo inventando enemigos, reciclando narrativas y torciendo un viejo pasado con el solo propósito de distraer a la población de los asuntos de verdadera importancia y de la devastación que él febrilmente patrocina”.
Precisó que no fue elegido para “dividir a los mexicanos, fomentar odios, injuriar a los disidentes, pelearse con el mundo y jugarle al ‘luchador social’. Y como se refocila retorciendo la historia”.
Agregó que López Obrador será recordado por los aeropuertos de Texcoco –obra que canceló- y Santa Lucía simulado consultas; “el que aumentó en millones el número de pobres; quien, mientras el petróleo era considerado el futuro, quemaba pozos y cuando el petróleo se sustituye por energías limpias, construyó una refinería sucia, impagable y obsoleta”.
Recordó que el presidente criticó la violencia en México bajo la administración de Felipe Calderón. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía en los dos primeros años del actual gobierno se registraron 70 mil 532 homicidios, lo cual significa el 60% de los asesinatos que ocurrieron durante el segundo sexenio panista.
En noviembre pasado, López Obrador explicó que su gobierno tuvo optar por afectar a los habitantes de Nacajuca, Tabasco, con el fin evitar que se inundara la capital Villahermosa, el panista precisó que “no le tembló la mano para inundar ‘primero a los pobres’ en Tabasco”.
Fernández de Cevallos agregó que será recordado por ser el presidente que “no tuvo piedad para los niños con cáncer ni para las mujeres que sufrían lo indecibles; el que recibió ‘como anillo al dedo’ una pandemia; el que dilapidó los recursos de México tratando de perpetuar un mandato que no entendió ni pudo ejercer; el presidente que todo lo degradó, el que tuvo el control de todo el poder y, sin embargo, no pudo”.
De los opositores a López Obrador, pueden ser millones los que no vean con simpatía a Fernández de Cevallos, pero no niegan que sus críticas y afirmaciones las comparten.
El panista no volverá a ser candidato presidencial, pero de su boca salen señalamientos con fuego que pueden ser parte de la cohesión de una oposición, hasta ahora sin rumbo, pero con posibilidades de construir un contrapeso legislativo a un presidente de la República que ejerce sus virtudes cuando distrae y polariza.
De las anécdotas que se cuentan
Fernández de Cevallos no se anda por las ramas.
A pregunta expresa de Carlos Loret de Mola sobre sí odiaba al presidente López Obrador, respondió:
“Simplemente lo desprecio, por el inmenso daño que le hace a México”.
¿Habrá mexicanos qué piensen como él? Seguro sí, y también odian a López Obrador.
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*BC