Carlos Alcaraz, finalista en Roland Garros
Por 6 Junio, 2025PARÍS.— Vestido con una sudadera lila y con la serenidad que lo caracteriza, Carlos Alcaraz entró en la sala de prensa del torneo Roland Garros tras vencer al italiano Lorenzo Musetti. El murciano no solo selló su pase a la final, sino que dejó claro que se encuentra en plena evolución emocional y técnica, consolidándose como uno de los grandes del tenis actual.
“Me voy a poner a ver la otra semifinal en el teléfono. Haré cualquier cosa para verla”, confesó el número dos del mundo, haciendo referencia al choque entre Novak Djokovic y Jannik Sinner. Más allá de ser su posible rival en la final, Alcaraz se define como un verdadero fanático del tenis, ávido de absorber cada detalle de los enfrentamientos de alto nivel.
Un homenaje a Nadal y una mirada al futuro
Antes del encuentro, el español tuvo un gesto simbólico: fotografiar la placa conmemorativa de Rafael Nadal, recientemente instalada en el estadio Philippe-Chatrier. “Rafa es una inspiración, y quería tener ese recuerdo”, relató. El gesto no pasó desapercibido, especialmente porque con esta final, Alcaraz ya supera a Manolo Santana en número de grandes finales disputadas.
A sus 22 años, el tenista de El Palmar se proyecta hacia el futuro con la madurez de un veterano. “He ido aprendiendo de los momentos malos y los buenos. He sido capaz de solventar grandes problemas. Va siendo hora de madurar un poco”, declaró, en alusión al crecimiento que ha experimentado en el circuito.
Resiliencia en la cancha: “Estoy aprendiendo a remontar”
A lo largo del torneo, Alcaraz ha cedido sets en cuatro de los seis partidos que ha disputado. Sin embargo, lejos de preocuparse, lo asume como parte del proceso competitivo:
“A veces pienso: vale, él está jugando muy bien, pero yo no he bajado tanto. No me preocupa en absoluto dejarme algunos sets, porque soy lo suficientemente fuerte como para volver”.
En el duelo ante Musetti, supo identificar el punto de inflexión. “En el tercer set sabía que tenía que llevarlo al límite”, explicó sobre el momento en que el italiano ya no pudo continuar. El control de los momentos críticos, según afirma, es lo que separa a los buenos de los grandes.
Intensidad que marca la diferencia
Uno de los elementos que ha distinguido al español es el ritmo intenso que imprime a sus partidos. “Creo que le doy mucha velocidad a los golpes, y los otros jugadores probablemente no estén acostumbrados a eso”, afirma. Solo Jannik Sinner parece igualar ese nivel de exigencia física y táctica, lo cual augura un posible duelo estelar en la final.
Más allá del físico, su fortaleza mental ha sido clave. Aunque reconoce frustraciones —como cuando pateó una silla durante un momento de tensión—, Alcaraz insiste en que el aprendizaje no implica perfección, sino adaptación. “No soy como otros que no abren la boca; ir aprendiendo no significa no quejarme una sola vez”.
“La jugaré como si fuera la primera”
Pese a estar ya habituado a los grandes escenarios, Carlos Alcaraz se niega a caer en la rutina. “Intentamos no darlo por hecho. La jugaré como si fuera la primera”, subraya, dejando entrever que, más allá del trofeo, lo que busca es construir una carrera sólida y memorable.
El próximo domingo lo espera una nueva prueba en Roland Garros. Sea Djokovic o Sinner el rival, Alcaraz lo tiene claro: “Disfruto este tipo de batallas, aunque la mayor parte del tiempo estás sufriendo”. Porque en el sufrimiento, también se forjan los campeones.
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