El Olinia, ¿será el nuevo vochito?
Por 10 Enero, 2025La construcción de un auto eléctrico económico mexicano, hace recordar al Vocho, el Volkswagen Sedán, que por décadas fue el vehículo más barato del mercado.
Apenas el lunes pasado se presentó en Palacio Nacional un proyecto que busca posicionar a México en la industria automotriz eléctrica, a instancias de la presidenta Claudia Sheinbaum, el gobierno federal anunció establecer la armadora Olinia y se estudia su ubicación en alguna de estas ciudades: Puebla o Hermosillo.
Roberto Capuano, encargado del Proyecto de Desarrollo Sustentable, informó que la iniciativa permitirá la fabricación del primer automóvil eléctrico mexicano, con un precio estimado entre 90 mil y 150 mil pesos.
El gobierno federal destinará una inversión inicial de 25 millones de pesos, confirmó el funcionario frente a la presidenta Sheinbaum.
Capuano detalló que la armadora contará con financiamiento tanto estatal como privado, y se prevé el diseño de tres modelos de vehículos: movilidad personal, de barrio y última milla. La meta es que al finalizar el sexenio de Sheinbaum, se hayan lanzado los tres modelos al mercado, el primero se estrenará en el juego inaugural del Mundial de 2026.
Puebla y Hermosillo, podrían ser las sedes, debido a que ambas ciudades tienen una amplia oferta de proveedores de autopartes. Consideran que ambas tienen experiencia en el desarrollo de estas tecnologías y en las cadenas de proveeduría.
Esta semana, el periódico español El País publicó un reportaje de Carmen Morán Breña, quien comenta el tema del proyecto del coche eléctrico. “Se trata de esos vehículos que la presidenta (Sheinbaum) anunció ya en campaña, mucho menos contaminantes y, a ser posible, de firma mexicana en su diseño, tecnología y fabricación de la mayoría de sus partes.
“Este mismo 6 de enero se presentaron diseños ficticios en la Mañanera de Palacio Nacional. Serán vehículos pequeñitos para trayectos cortos y personales, salvo uno de ellos, más grande, como una furgoneta de reparto”. El precio debe estar entre 90 mil y 150 mil pesos.
“Hay, por ahora, un capital inicial de fuentes públicas y privadas de 25 millones de pesos para desarrollar el trabajo, que contará con el talento del Instituto Politécnico Nacional y el Tecnológico Nacional de México. No parece mucho dinero, pero habrá que tirar de confianza en estas primeras fases”, agregó.
Optimistas, dijo, las autoridades ya se ven estampando la botella de champán en la carrocería del pobre auto.
El momento será el partido de inauguración del Mundial de Fútbol 2026 en el Estadio Azteca, donde acudirán a bordo de un Olinia. “Este auto pequeño debe ser seguro, eléctrico y capaz de conectarse a cualquier enchufe”, ha dicho Sheinbaum. ¿Cualquier enchufe? ¿Sirve el de la licuadora? ¿El de la televisión? Se saca un cable alargador por la ventana, se conecta el carrito y andando”, comentó la periodista del diario español.
“Bromas aparte, la cosa del coche eléctrico parece un buen proyecto para una ciudad masificada y contaminada como es Ciudad de México, o para cualquier otra. Movilidad limpia, tecnología, diseño y fabricación made in México (con permiso de China, de Estados Unidos y del litio, que eso será otro cantar).
“Cómo no acordarse de los Volkswagen que en México se conocieron como vochitos, o del Seat 600 que en España se bautizó como seína o seíta, según el diminutivo de cada región. Se pretendía entonces poner coches baratos al alcance de toda la población, de los que duraban media vida y heredaban la hija y el nieto”, concluyó.
En esos tiempos, la segunda mitad del siglo pasado, no se pensaba en la contaminación ni en la obsolescencia programada.
Y se los quería como si fueran de la familia. ¿Ese es el futuro de los Oli?
De las anécdotas que se cuentan
La siguiente es parte de la historia que cuenta la armadora alemana de su auto insignia en México durante más de cinco décadas.
“Volkswagen y México están unidos por una historia de grandes éxitos, la cual se empezó a construir un 15 de enero de 1964. Apenas un año después de la constitución de Volkswagen de México como empresa, comenzaron las obras para la construcción de una de las plantas más importantes, una que vio desfilar auténticos clásicos, la planta armadora en Puebla.
“Y fue justo ahí, que de sus líneas de producción nació el primer vehículo que pisó tierras mexicanas, ícono y referencia popular y de la industria.
“Fue en octubre de 1967 y, sin saberlo en ese momento, logró ser el vehículo más querido por los mexicanos, no sólo por su fácil reparación, accesibilidad y capacidad para andar en cualquier terreno; también porque no existía ningún otro automóvil que se le igualará.
“El nombre original del VW Sedan, este pequeño compacto redondeado que dominó el mercado mundial y símbolo de identidad del mexicano, fue Volkswagen Tipo 1.
“Entonces, ¿de dónde sacamos que se dice y escribe Vocho? Pues una de las teorías cuenta que se debe a que, en nuestra costumbre por contraer nombres, decidimos hacerlo con el nombre de Volkswagen, dando como resultado ese sobrenombre.
“Otra teoría se remonta a un pasado más lejano, y se originó durante las guerras mundiales en Europa, cuando los franceses llamaban a los alemanes con el apodo de “boches”. A la llegada de Volkswagen a México, los mexicanos usando su ingenio y cariño designaron este apodo al vehículo, ignorando el significado de la palabra original”
Al futuro vehículo eléctrico, impulsado por la presidencia de México, empiezan a llamarle en diminutivo Oli.
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*ARD