Cinco años con Covid

Cinco años con Covid

Del Reportero
Por Fernando A. Crisanto 1 Enero, 2025

Los afectados por Coronavirus persistente merecen la atención de médicos que dieron lo mejor de sí durante la pandemia

A cinco años de la detección en China de los primeros casos de coronavirus, y a cuatro del diseño de las primeras vacunas, todavía hay personas que sufren su forma persistente, denominada condición post Covid-19 por la Organización Mundial de la Salud y conocida también como Covid persistente o Covid larga, explica un editorial de ayer del diario español El País.

Cualquier prolongación de los síntomas durante más de tres meses después de la infección por SARS-CoV-2, el virus causante de la enfermedad, se considera ya Covid persistente, pero a estas alturas está claro que hay casos que perduran mucho más allá.

Los síntomas —dificultad para respirar, falta de concentración, disfunciones cognitivas, complicaciones cardiacas— resultan fatigosos y a veces inhabilitantes.

“Algunos pacientes de Covid larga encuentran difícil que sus médicos les tomen en serio, lo que tal vez sea un reflejo del hartazgo social sobre una pandemia que dejó exhausto a medio mundo, o tal vez indique una falta de formación de los especialistas sobre este problema concreto. Es difícil saberlo con un seguimiento tan deficiente como el actual. Ni siquiera conocemos a cuánta gente afectan estas secuelas, en qué grado ni de qué forma exacta.

“En estas condiciones no resulta fácil gestionar el fenómeno ni buscar las soluciones adecuadas. Los síntomas son tan inespecíficos que complican incluso el diagnóstico de la condición post Covid-19, no hablemos ya de tratar a las personas de la forma más adecuada. Hay que investigar el fenómeno, y el Ministerio de Sanidad (secretaría de Salud, en México) debe examinar a fondo la cuestión en coordinación con las consejerías autonómicas (los estados mexicanos). Esta no es una cuestión que requiera una gran inyección de recursos, sino organizar los equipos necesarios”.

Hay expertos y los gestores deben escucharlos con atención. Como hicieron desde que se manifestó la pandemia, a pesar primero de la incertidumbre sobre la mejor forma de afrontarla y, después, de los intentos negacionistas de poner en duda las certezas del conocimiento científico en un asunto que se reveló, literalmente, de vida o muerte.

“La eficacia de la sanidad pública demostró una vez más la necesidad de un Estado social robusto que ponga el bien común por encima de la rentabilidad económica inmediata. La acción de la UE no hizo más que subrayar esa idea.

“Pero hay que terminar el trabajo. Las secuelas de larga duración de las enfermedades víricas no son ninguna extravagancia del SARS-CoV-2, y se conocen desde hace tiempo en otras infecciones. El problema es que solo ocurren en una minoría de casos. La mayoría de las personas que superan una enfermedad viral se recuperan por completo y no padecen secuelas”.

Pero hay algunas —no se sabe cuántas— que disparan una cascada de efectos en su sistema inmune que perdura más allá de que el virus haya desaparecido de su cuerpo. El sistema inmune posee una complejidad extraordinaria, y hay grandes diferencias en su funcionamiento de un individuo a otro, de una población a otra, y también entre hombres y mujeres.

Dudar por sistema de los síntomas de Covid persistente, de los que se queja un paciente, es una actitud poco profesional. Conviene organizar la toma y el análisis de los datos.

En México estamos aún lejos de que se hagan investigaciones al respecto y se aplican las vacunas en el sector salud de origen ruso y cubano, no avaladas por la Organización Mundial de la Salud. Hay personas que tienen síntomas, pero los especialistas optan por diagnosticar otras enfermedades y no Covid, porque no aceptan aún que hay un Covid persistente que da más de una vez y tiene repercusiones en la salud de cientos de miles de personas.

Cinco años ya son demasiados de Covid.

 

De las anécdotas que se cuentan

Por razones políticas y no de Derecho, el periodista Arturo Rueda fue detenido hace cuatro meses.

Después de ese lapso, el director del diario Cambio recuperó su libertad el lunes pasado.

El 15 de agosto, el periodista fue detenido mientras salía de una audiencia de medidas cautelares en la Ciudad Judicial de Cholula, el ministerio público argumentó que no fue encontrado en su domicilio porque dio otra dirección, lo que fue falso. Lo buscaron si intenciones de encontrarlo.

El 21 de junio, un juez penal había declarado culpable al director de Cambio por el delito de extorsión, aunque consiguió el perdón de quien lo acusaba, se le condenó a una sentencia de dos años y tres meses en cárcel.

Luego de pagar una fianza y de promover una serie de amparos, el director de diario Cambio seguía el proceso en libertad condicional, y fue detenido con argucias legales, hasta conseguir esta semana su libertad.

Una decisión política que ordenó el gobernador Barbosa y que no resolvió su sustituto.

Y una Fiscalía que actuó políticamente y no legalmente.

Arturo Rueda está libre.

A los lectores Feliz y próspero 2025.

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