Huachicol, de nunca acabar

Huachicol, de nunca acabar

Del reportero
Por Fernando A. Crisanto 17 Septiembre, 2021

En el estado de Puebla, el número de tomas clandestinas de los ductos registradas en los últimos 18 meses es alto, pero en término de montos la afectación es mínima. De enero a julio de este año, Pemex contó 1185 agujeros en sus ductos en la entidad, pero las pérdidas ocasionadas ascendían, un poco más de un millón de pesos.

Según reportes oficiales de Petróleos Mexicanos, el país perdió de enero a julio de este año 174,9 millones de pesos por culpa del huachicol, cifra apenas inferior a los 177 millones de pesos de pérdidas por robo sufridas en todo el año anterior.

Igual que en 2020, la mayor cantidad de pérdidas —169 millones este año y 105 el pasado— fueron por robos en la península de Baja California.

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Sólo que por cantidad de tomas clandestinas en los ductos, Hidalgo y Puebla encabezan la lista, situación idéntica a la de hace cuatro años.

Con todo, las cifras resultan inferiores a las registradas en 2018, año en que el huachicol se convirtió en un verdadero problema para varios estados, caso de Puebla o Guanajuato, y también para el gobierno de Enrique Peña Nieto. En ese año, Pemex registró 14 mil 910 tomas clandestinas que le hicieron perder 2 mil 068 millones de pesos.

Los cálculos de las pérdidas dejan de lado el dinero empleado en reparar los agujeros en los ductos o los montos necesarios para mantener operativos de vigilancia en zonas conflictivas.

Con base en los cálculos que divulgó la actual gestión en diciembre de 2018, las pérdidas por el huachicol alcanzaron anualmente los 60 mil 000 millones de pesos, unos 3 mil millones de dólares.

Un reportaje sobre el tema publicado por el diario español El País establece que “nada más al tomar posesión, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, lanzó una cruzada contra el robo de combustible.

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“En enero de 2019, el mandatario anunció el cierre temporal de varias de las tuberías que distribuyen combustible por el país. Camiones cisterna sustituyeron a los ductos, una decisión que ralentizó el abasto y dejó sin gasolina a cientos de estaciones de servicio en todo el país.

“López Obrador ordenó al Ejército que acampara literalmente encima de los ductos en alguno de sus tramos, caso por ejemplo de Guanajuato, que en 2017 y 2018 registró casi 4 mil tomas clandestinas. La situación trascendía al robo de combustible, convirtiéndose además en un problema de seguridad pública en algunas regiones, primero por la agresividad de los grupos de ladrones y luego por el riesgo que implica agujerear los ductos”.

En esos dos años, últimos de la gestión de Peña Nieto, bandas de ladrones de combustible perforaban las tuberías de Petróleos con total impunidad, convocando a decenas de cómplices con bodegas portátiles, incluso camiones cisterna.

En zonas de Puebla, estos robos llegaron a ocurrir a plena luz del día, provocando la reacción de las autoridades. En 2017, cientos de militares llegaron al triángulo rojo del huachicol, para tratar de contener a los ladrones.

“El choque entre criminales y militares dejó situaciones inéditas en la región, como balaceras y persecuciones en los pueblos. Fue muy sonado entonces el caso del poblado de Palmarito, un enfrentamiento a balazos entre criminales y uniformados que quedó registrada en cámaras de seguridad de algunas casas del lugar. En las imágenes se observaba el brutal intercambio de balazos y, al final, cómo un militar remataba a uno de los criminales heridos”, recordó El País.

En ocasiones, las tomas clandestinas en las tuberías de combustible acababan con cientos de vecinos haciendo cola, cargando cubetas y botellas, tratando de llevarse algo de gasolina gratis a casa.

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De hecho, el cierre de las tuberías que ordenó López Obrador coincidió con uno de los peores accidentes registrados durante su mandato. El 19 de enero de 2019, una toma clandestina abierta en una tubería en Tlahuelilpan, Hidalgo, se prendió y explotó, acabando con la vida de 137 personas.

La estrategia del presidente surtió efecto y la cantidad de tomas clandestinas registradas cayó en 2019 y aún más en 2020, coincidiendo con la pandemia.

Ahora en 2021, parece que la cifra vuelve a crecer.

La situación resulta distinta a la vivida en 2017 y 2018. Aunque en algunas regiones, como en el caso de Puebla, el número de tomas clandestinas registradas en los últimos 18 meses es alto, la afectación es mínima. En Hidalgo, en el mismo periodo, fueron 2 mil 554 y no se registraron pérdidas.

Los datos oficiales de Pemex están ahí igual que las bandas que dominan regiones del estado por el Triángulo Rojo que tiene a Tepeaca y Tecamachalco como ejes, pero también están la región de San Martín Texmelucan y en la Sierra Norte.

¿Roban ductos de gas? Sí, pero también se dedican a otros ilícitos que generan violencia e inseguridad y lo peor es que construyen una base social que los respalda e incluso cuida.

El huachicol es un tema de nunca acabar en Puebla.

 

De las anécdotas que se cuentan


Como se sabe, regresó al Senado de la República Olga Sánchez Cordero, tras la ansiada aceptación de su cuarta o quinta renuncia por parte de Andrés Manuel López Obrador.

Dicen los que saben que su último y estentóreo fracaso fue el de la Consulta Popular contra los expresidentes, pero no hay manera de confirmarlo.

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Esas fuentes apuntan que Sánchez Cordero había recibido la indicación de promover intensivamente entre los gobernadores, el que la Consulta Popular fuera posicionada entre sus gobernados, cosa que no sucedió ni entre los que militan en Morena.

Ya se sabe el proceder del presidente de la República, si uno de sus leales tiene un acierto, es en realidad obra de él mismo; si cometen un error, se llega a la conclusión de que son incompetentes. El caso es que la secretaria fue finalmente removida.

Ajeno a toda broma, no pocos han sido los que agradecen que Sánchez Cordero pase a retomar su escaño en el Senado, dado que durante todo este tiempo estuvo ocupado por Jesusa Rodríguez, una persona ajena a la labor política y a la administración pública.

Rodríguez se caracterizó durante este tiempo por hacer del disparate y la liviandad los motores de sus iniciativas. Y si bien es cierto que, al interior de los mandos de Morena en el Senado, nadie la tomaba en serio, sí generaba incomodidad con sus acciones.

Por otra parte, los pronósticos apuntan unánimemente que esa especie de que Sánchez Cordero va a ser la que dirija a los senadores de Morena hacia los éxitos que ansía López Obrador, es solo eso, un deseo.

Quien conozca a los senadores de ese partido sabe que la exsecretaria de Gobernación no va a ser seguida por nadie.

¿Tiene necesidad de ser tan groseramente desdeñada la ministra Olga Sánchez Cordero?

No. Pero así es el ansia por el poder, capaz de asumir que se hace política, siendo sumiso hasta el absurdo.

fcrisanto00@yahoo.com.mx

Twitter @fercrisanto

Facebook: Fernando Alberto Crisanto

 

Con información de Lo de Hoy Noticias

 

*ARD