Dos confesiones en Miami, Florida

Dos confesiones en Miami, Florida

Por Redacción 3 Mayo, 2021

Escrito por Mauricio Saldaña

Juan Antonio González, Fiscal Federal Interino para el Distrito Sur de Florida, y Keith Weis, Agente Especial de la DEA (División de Campo de Miami), emitieron un aviso conjunto ese día: González acusó al exalcalde de Aguililla, Michoacán, Adalberto Fructuoso Comparan Rodríguez y a otros personajes por importar más de media tonelada de metanfetamina a los Estados Unidos.

No era mucho, podría decirse; sin embargo, ambos funcionarios dijeron que se trataba de la mayor incautación de metanfetamina en la historia del condado de Miami-Dade.

A Adalberto Fructuoso Comparan Rodríguez le acompañaba en su comparecencia estadounidense, la acusación de ser líder de Cárteles Unidos en Michoacán y junto a él estaba Alfonso Rustrián, según se lee en la Acusación número 21-MJ-2570. Ambos fueron aprehendidos el 30 de marzo en Guatemala.

El asunto iba más allá de la importación de metanfetamina a los Estados Unidos, sino a la colocación de tal narcótico en las calles de aquel país. La operación que capturó a Comparan Rodríguez, incluyó a su primer círculo que operaba la comercialización: su propio hijo, Adalberto Fructuoso Comparan Bedolla y a tres personas más, de apellidos Basauri Coto, González Aguilar y Valdez.

Del autor Fernando A. Crisanto: Todo en familia

Basauri Coto era el operador financiero de Comparan y Rustrián. La DEA encontró que las ganancias del grupo eran lavadas por este personaje, para lo que constituyó dos empresas domiciliadas en los Estados Unidos.

Cabe señalar que Basauri Coto se las vio negras para mover una parte de las ganancias que habían ido recibiendo por el trasiego de metanfetamina en los Estados Unidos: arriesgándose, metió cuatro millones de dólares en efectivo en un jet para trasladarlo del sitio de pago a donde lo iría dosificando para las empresas pantalla que lo lavarían.

Por lo que se refiere a Silviano González Aguilar y Salvador Valdez no sólo eran colaboradores de Comparan y Rustrián: tenían la preparación adecuada para “cocinar” narcóticos, preparar “clavos” en transportes terrestres y sobre todo, para diluir estupefacientes en distintas sustancias que los ocultaran.

 

El sigilo estadounidense

Para este segundo caso, el que esto escribe consultó los detalles de la Causa 21-MJ-2614. Las audiencias de detención se dieron en un Tribunal Federal de Magistrados en Miami el 7 de abril.

El fiscal González fue puntual a la hora de repartir los aplausos para los involucrados en la operación que capturó a los Comparan y a Alfonso Rustrián: a la DEA en sus oficinas de Guatemala, México y Miami, así como a la Oficina de Asuntos Internacionales del Departamento de Justicia.

El que esto escribe preguntó a una fuente si había participado alguna corporación mexicana, ya no se diga poblana, chiapaneca o capitalina, en la operación, considerando que en tanto en Puebla como en Chiapas y la Ciudad de México, los detenidos tienen empresas y han ofrecido sus servicios en la administración pública.

La respuesta fue un rotundo “no”, porque se habría dado de inmediato una delación y el trabajo se habría arruinado. No hay que olvidar la velocidad a la que se dio la extradición de Guatemala a los Estados Unidos.

Adicionalmente, la torpeza del gobierno federal mexicano para tratar a las “dieciséis agencias” del esquema de inteligencia de los Estados Unidos, se encargó de confirmar algo que no debe olvidar el lector: esta operación fue la segunda en la que el gobierno mexicano es borrado del mapa operativo de la DEA en la era de Joseph Biden.

La primera fue manejada por extremo sigilo y en forma encubierta, por lo que no se comentará absolutamente nada.

 

Contacto con Hezbollah

Regresando a la detención, Alfonso Rustrián se reunió en enero de este año con un lavador de dinero que opera para el “extinto” cártel de Cali y para Hezbollah. Según los documentos de la Causa contra Rustrián, éste y el contacto con Hezbollah acordaron enviar media tonelada de metanfetamina a Florida.

Una vez que se hizo el acuerdo, Comparan Rodríguez movilizó la maquinaria para surtir la mercancía. La idea era que se enviara vía Texas desde Tamaulipas y de ahí hacia Miami. Y así fue: seguido desde su ingreso a los Estados Unidos el 20 de marzo, un camión con “tejas de hormigón”, cargaba 250 kilos de metanfetamina y se dirigió a Miami.

(En este punto, el lector debe preguntarse cómo pudo pasar un cuarto de tonelada de metanfetamina por la Aduana tamaulipeca, sin ser detectado)

El segundo embarque, con otros 250 kilos de metanfetamina llegó en cubetas de pintura doméstica. Una vez que lograron bajar las cubetas en un sitio seguro, González-Aguilar y Valdéz se dieron a la tarea de extraer la metanfetamina de la pintura que la había ocultado. Se llevaron días haciendo esa operación.

Ahora, hay que hacer un viaje al pasado: apenas 18 días antes del 30 de marzo de 2021.

El 12 de marzo, tres toneladas de cocaína fueron aseguradas en la playa de Puerto Arista del municipio de Tonalá en Chiapas. La mercancía parecía ser del Cártel de Sinaloa y en ese territorio, el amo y señor de la zona es un hijo de Gilberto Rivera Amarillas, “El tío”, originario de Sinaloa y detenido en 2016. Falleció al año siguiente, de cáncer.

El conector entre el clan de los Rivera Amarillas y distintos personajes de Chiapas, Tabasco y Puebla es José Olivas Chaidez.

 

Las conexiones obvias

Hay tres hechos vinculados: las tres toneladas de cocaína incautadas el 12 de marzo; la ejecución del 24 de marzo de Guillermo de Jesús Tovar Gómez, José Luis García Gutiérrez, Eduardo Galaor Torres Vera y Juan Carlos Gómez Román, cuyos cuerpos fueron encontrados en un predio del paraje Nica, en Malacatán, también en el Departamento de San Marcos, Guatemala. Y, la detención de Comparan y Rustrián.

Todo ha sucedido entre Guatemala, Chiapas, Puebla y Miami. Por lo que se refiere a los personajes detenidos, éstos han ido dibujando una red de vínculos que en poco tiempo pondrá nerviosos a dos gobernadores, a dos exgobernadores y a un senador.

La parte divertida de los dichos en el tribunal de Miami es la explicación del propósito para el que se dirigían los dineros obtenidos. La lista es extensa: desde apoyar a un hospital/centro de rehabilitación para menores de edad en Chiapas (adonde uno de los familiares de los detenidos tiene un cargo honorario) hasta financiar causas políticas que cubren distintas entidades de la República Mexicana. Y no de ahorita, sino de 2018, por ejemplo.

El factor que está enrareciendo el tema es la torpeza de López Obrador que no permite tener un canal de comunicación apropiado entre los organismos antinarcóticos de los Estados Unidos y si es que los hubiera, con sus pares mexicanos.

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Por eso el nerviosismo. Ninguno de los personajes que está siendo mencionado en los Estados Unidos tiene garantizada su impunidad. Lo anterior sin omitir que para la nación vecina, los cárteles mexicanos ya son considerados organizaciones terroristas: y eso puede suponer una intervención directa y quirúrgica que asustaría a más de uno.

Cabe señalar que Cárteles Unidos es la “contra” de CJNG en México. El lector no debe confundirse: si le pegan a Cárteles Unidos en Aguililla, desde Washington, D.C., le están telegrafiando a López Obrador que corresponda con Nemesio Oseguera o uno de sus colaboradores.

Si López Obrador no responde, solo hay tres posibilidades explicativas: complicidad, miedo o una combinación tropical de ambas. Mientras tanto, Comparan y Rustrián siguen platicando de sus empresas en la Ciudad de México, unas de las cuales se dedica a comprar equipos de telecomunicaciones.

En otra oportunidad, le comentaré de los clientes y proveedores de esas empresas, porque de ahí salió equipo para intervenir telefonía celular y WhatsApp. En la actualidad, dos gobiernos estatales hacen uso de esos equipos y va a ser interesante justificar esa compra que se hizo en forma de Adjudicación Directa.

*BC