Estados Unidos invirtió 83 mil millones de dólares en equipar el ejército afgano
Por 18 Agosto, 2021Las fuerzas de seguridad afganas, formadas y entrenadas a un costo de 83 mil millones de dólares durante dos décadas, se han derrumbado con tal facilidad y rapidez -en algunos casos sin disparar un solo tiro- que los beneficiarios finales de la inversión estadounidense han resultado ser los talibanes.
No sólo tomaron el poder político, sino también el poder de fuego proporcionado por Estados Unidos: armas, municiones, helicópteros y más.
Los talibanes tomaron diversos equipos militares modernos cuando vencieron a las fuerzas afganas que fracasaron en la defensa de sus distritos.
A esto le siguieron mayores ganancias, incluidos aviones de combate, cuando los talibanes arrasaron las capitales provinciales y las bases militares con una velocidad sorprendente, todo ello coronado con la captura del premio mayor: Kabul, durante el fin de semana.
Este retroceso es una penosa consecuencia de haber juzgado mal la capacidad de las fuerzas gubernamentales afganas —tanto por el ejército estadounidense como por las agencias de inteligencia_, que en algunos casos optaron por entregar sus vehículos y armas en lugar de luchar.
El fracaso de Estados Unidos en la creación de un ejército y una policía afgana autosuficientes, y las razones de su colapso, serán estudiadas durante años por los analistas militares.
Las características básicas, sin embargo, están claras y no son diferentes de lo que ocurrió en Irak. Las fuerzas resultaron ser huecas. Estaban equipadas con armas superiores, pero carecían del ingrediente crucial: motivación para el combate.
Por su parte, Doug Lute, teniente general retirado del ejército que ayudó a dirigir la estrategia de guerra afgana durante los gobiernos de George W. Bush y Barack Obama, dijo que lo que los afganos recibieron en recursos tangibles les faltó en los aspectos intangibles, que son más importantes.
En cambio, los insurgentes talibanes de Afganistán, con un número menor, un armamento menos sofisticado y sin poder aéreo, demostraron ser una fuerza superior.
Las agencias de inteligencia estadounidenses subestimaron el alcance de esa superioridad. Tampoco previeron una ofensiva que tuviera un éxito tan espectacular por parte de los talibanes, incluso después de que el Presidente Joe Biden anunciara en abril la retirada de todas las tropas estadounidenses.
Para Stephen Biddle, profesor de asuntos internacionales y públicos en la Universidad de Columbia y exasesor de los mandos militares estadounidenses en Afganistán, el anuncio de Biden puso en marcha el colapso final.
Hasta el mes de abril, las tropas del Gobierno afgano estaban perdiendo la guerra de forma lenta pero constante, añadió. Cuando se enteraron de que sus compañeros estadounidenses volvían a casa, el impulso de rendirse sin luchar “se extendió como la pólvora”.
En su libro The Afghanistan Papers, el periodista Craig Whitlock escribió que los instructores estadounidenses trataron de imponer las costumbres occidentales a los reclutas afganos y apenas pensaron en si los dólares de los contribuyentes estadounidenses se estaban invirtiendo en un ejército realmente viable. Con información de Sin Embargo.
*VV