Estos son los seis cárteles mexicanos que Trump designó como organizaciones terroristas
Por 14 Febrero, 2025La Administración de Donald Trump está a punto de hacer historia al designar a los cárteles mexicanos como grupos terroristas. Esta medida tiene como objetivo atacar a dos de las fuerzas criminales más poderosas del mundo: el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), según informó The New York Times. A la espera del anuncio oficial, otras organizaciones con amplio recorrido en México, como la Familia Michoacana, el Cártel del Golfo y el Cártel del Noreste (CDN), una escisión de los Zetas, así como Cárteles Unidos, también podrían ser incluidas en la lista negra. Este cambio anticipa un capítulo sin precedentes en más de seis décadas de guerra contra las drogas.
Decreto Presidencial de Trump
Trump emitió un decreto el pasado 20 de enero, en su primer día como presidente, para designar a los cárteles de la droga como organizaciones terroristas. Esta medida eleva la amenaza del narcotráfico a la órbita de la seguridad nacional y pone a disposición del aparato militar estadounidense las herramientas diseñadas para la “guerra contra el terror”. La acción ejecutiva contempla que el Departamento de Estado proponga quiénes serán objeto de las sanciones y someta la lista a consideración del Congreso, de mayoría republicana. El plazo previsto para que Marco Rubio, el jefe de la diplomacia estadounidense, formulara las recomendaciones era de 14 días y ya se ha cumplido. Fuentes oficiales citadas por el diario estadounidense anticipan que el anuncio se formalice en cuestión de días.
Expansión del alcance de las sanciones
Los cárteles mexicanos no son los únicos blancos de Washington. El decreto de Trump menciona por nombre a La Mara Salvatrucha de El Salvador y el Tren de Aragua de Venezuela. El Clan del Golfo de Colombia es otro de los nombres que se han barajado. Las leyes estadounidenses prevén que las organizaciones tengan un plazo de 30 días para apelar las designaciones, lo cual es altamente improbable, porque es muy poco común que los líderes de las organizaciones se presenten públicamente como tales. Las consecuencias previsibles son un seguimiento más intenso a las estructuras financieras de los cárteles, mayor discrecionalidad en el margen de operación de las agencias estadounidenses y operaciones de inteligencia de mayor alcance, bajo supervisión del Pentágono. El Gobierno de México está en vilo ante posibles violaciones a su soberanía, bajo la excusa de la lucha antiterrorista.
Los cárteles mexicanos en la lista negra
El Cártel de Sinaloa: Un Imperio Fragmentado “El Cártel de Sinaloa es la principal organización criminal de México”, afirma el analista David Saucedo, “pero tiene muchas cabezas, es un imperio fragmentado”. El grupo criminal más conocido y poderoso del país está en un momento crítico y libra desde septiembre pasado una guerra intestina, que tiene en el centro a las dos familias que han llevado las riendas del cártel durante décadas: la facción leal a Ismael El Mayo Zambada y Los Chapitos, los herederos de Joaquín El Chapo Guzmán.
Zambada acusó a Joaquín Guzmán López, su ahijado, de secuestrarlo y entregarlo a Estados Unidos. La supuesta traición está en el centro de la batalla interna. Sinaloa, el bastión histórico del grupo homónimo, ha registrado más de 800 asesinatos desde el estallido del conflicto, así como cientos de desaparecidos, según datos oficiales.
La DEA asegura que el cártel tiene presencia en más de 50 países y conexiones con mafias, grupos insurgentes y criminales en cinco continentes. Incluso antes de la captura de El Mayo en julio pasado, las autoridades estadounidenses lanzaron una ofensiva judicial contra los liderazgos de la organización, parte de una cacería que se ha extendido durante generaciones y que ahora tiene como principales blancos a los hermanos Iván Archivaldo Guzmán y Jesús Alfredo Guzmán, así como a Ismael Zambada Siquieros, alias Mayito Flaco, el hijo de Zambada.
El futuro incierto del cártel ha provocado dudas sobre la estrategia que seguirá Washington para combatirlo. “El Gobierno estadounidense tendrá que tomar una decisión, ¿se volcará contra El Mayo o contra Los Chapitos? No está claro”, señala Saucedo.
El Cártel Jalisco Nueva Generación: la gente del Mencho
El CJNG es el mayor rival del Cártel de Sinaloa. A diferencia de las turbulencias en la cúpula de sus enemigos, el Cártel Jalisco tiene en Nemesio Oseguera Cervantes, alias El Mencho, a su líder indiscutido. La Casa Blanca ofrece 15 millones de dólares por su cabeza. Rubén Oseguera El Menchito, su hijo y sucesor, fue declarado culpable de narcotráfico y uso ilegal de armas de fuego en Washington el año pasado. El Mencho tiene una alianza con Los Cuinis, una estructura paralela comandada por su familia política, que opera como su brazo armado y financiero.
Fundado hace poco más de una década, el CJNG es uno de los grupos de más rápida expansión territorial, gracias a un modelo de franquicias que delega cada fase del narcotráfico en un eslabón especializado de su cadena criminal. Saucedo apunta que eso les ha permitido arrebatar varios territorios a sus adversarios, como Tabasco, Chiapas o Zacatecas. Mucho se ha hablado sobre los cambios que puede provocar la guerra de Sinaloa en la geografía criminal de México y si el Cártel Jalisco será uno de los principales beneficiados. También si ese eventual ascenso los pondrá más en la mira de las autoridades. La organización estuvo detrás del atentado en 2020 contra Omar García Harfuch, el zar de Seguridad del Gobierno de Claudia Sheinbaum.
La (Nueva) Familia Michoacana
La Familia Michoacana tuvo un enorme protagonismo en los primeros años de la guerra contra el narco que lanzó el Gobierno de Felipe Calderón (2006-2012). El grupo fue fundado por Nazario Moreno, un entusiasta evangélico que prohibía el consumo de alcohol y drogas e imponía un estricto código de conducta a sus hombres. “Les exigía una vida monástica”, asegura Saucedo. Moreno “murió” dos veces: se reportó que fue abatido en un tiroteo con la Marina en 2010, aunque otras versiones señalaron que seguía vivo y a cargo del grupo criminal hasta que se confirmó su muerte en 2014 en otro enfrentamiento con los marinos mexicanos. El grupo se fracturó: una parte mantuvo el nombre y otra se alió con el Cártel de Sinaloa y adoptó el nombre de Los Caballeros Templarios.
“Es el tercer grupo de macrocriminalidad en el país”, afirma Saucedo sobre los herederos de la Familia. El especialista señala que el grupo tiene un portafolio de actividades criminales más amplio que Sinaloa y Jalisco, menos centrado en el narcotráfico y más enfocado en actividades como la extorsión. La organización tiene presencia en la región centro-sur del país, en Estados como Michoacán, Guerrero, Morelos y el Estado de México. Está comandada por los hermanos José Alfredo y Johnny Hurtado Olascoaga, alias El Fresa y El Pescado.
Cárteles Unidos: narcoinsurgencia y “derecho de piso”
Los menos conocidos de la lista, Cárteles Unidos también tienen sus orígenes en Michoacán y amplia presencia en Guerrero. Surgió como una coalición de grupos criminales pequeños, mafias locales y grupos de autodefensa, como Los Viagras, el Cártel de Tepalcatepec y Los Caballeros Templarios. “Se unieron primero para enfrentar la invasión de Los Zetas y cuando los exterminaron, lo hicieron para repeler al Cártel Jalisco en Michoacán”, explica Saucedo.
Los enfrentamientos han asolado a la región conocida como tierra caliente, una de las más violentas del país. El control de ese Estado ha sido una obsesión para El Mencho, que es originario de ahí y lo ve como una zona de expansión natural, al tener su principal sede en el vecino Jalisco.
La alianza ha seguido el ejemplo de viejas organizaciones como La Familia Michoacana, que vieron la oportunidad de extorsionar a productores agrícolas que se han beneficiado del auge comercial con Estados Unidos. Michoacán es uno de los principales productores de aguacate, un negocio multimillonario del otro lado de la frontera. Pero también es el Estado que más produce limones en México.
Carteles Unidos estuvo detrás de una ola reciente de cobro de “derecho de piso” a limoneros, la cuota que exigen los narcos a los agricultores para mantener sus negocios. Washington ha seguido de cerca la expansión de las extorsiones, incluso suspendiendo el comercio de industrias amenazadas, lo que puede explicar por qué la coalición fue incluida en la lista.
El Cartel del Noreste y el Cartel del Golfo: cuentas pendientes
Fundado en el Estado fronterizo de Tamaulipas, el Cartel del Golfo es una de las organizaciones criminales más antiguas de México. Sus orígenes se remontan a los años de la prohibición y al tráfico de whisky en la década de 1930, pero su presencia se catapultó después de que sellaron un pacto de protección con las fuerzas del orden en México y una alianza con el Cartel de Cali de Colombia a finales de los 90, bajo el mando de Osiel Cárdenas Guillén, alias El Mata Amigos. El capo acaba de purgar una sentencia de 21 años de cárcel en Estados Unidos, pero fue deportado en diciembre pasado para enfrentar los casos que tiene abiertos en México. El grupo estuvo detrás del secuestro de cuatro ciudadanos estadounidenses en 2023 en Matamoros, un caso de alto perfil y que tensó la relación bilateral en 2023.
Cardenas Guillén fue una figura clave para la creación de Los Zetas, originalmente una fuerza de élite de corte marcial del Cartel del Golfo. La ruptura se dio en 2010, el mismo año en que el jefe se declaró culpable y fue condenado por narcotráfico en Texas. El Cartel del Noreste es, a su vez, una escisión de Los Zetas, formada después de la captura de Alejandro Treviño El Z-42, uno de sus últimos líderes, en 2015. “La organización ha perdurado y está a cargo de un amplio abanico de actividades criminales en la frontera, lo que le ha dado visibilidad en Estados Unidos”, señala Saucedo.
¿Qué cárteles mexicanos quedarían fuera?
Los Zetas
Uno de los grupos criminales más violentos de las últimas décadas, Los Zetas, no estaría en la lista final. Su origen se remonta a la década de 1990, cuando un grupo de exmilitares desertó del ejército mexicano para convertirse en el brazo armado del Cártel del Golfo.
En 2010, se separaron y se convirtieron en un cártel independiente, ganando notoriedad por sus tácticas paramilitares y su brutalidad extrema. Sin embargo, el arresto de sus principales líderes debilitó la organización, que terminó fragmentada en diversas facciones.
A pesar de que Los Zetas como organización han perdido fuerza, una de sus facciones, el Cártel del Noreste, sí fue incluida en la lista.
Cártel de Juárez
Otra de las organizaciones que no fueron incluidas en la lista es el Cártel de Juárez, uno de los más antiguos de México. Durante años, esta organización controló el tráfico de drogas en la frontera de Chihuahua con Estados Unidos, pero perdió poder tras enfrentamientos con el Cártel de Sinaloa. Aunque su brazo armado, La Línea, sigue operando en la región y se ha visto involucrado en actos de violencia, EEUU no parece considerarlo una amenaza prioritaria dentro de su nueva estrategia.
Cártel de Tijuana (Arellano Félix)
El Cártel de Tijuana, también conocido como la Organización Arellano Félix, fue en su momento una de las organizaciones criminales más poderosas de México, con control casi absoluto sobre el tráfico de drogas en la frontera con California. Sin embargo, la captura y eliminación de sus principales líderes debilitó su estructura, y actualmente sufre constantes enfrentamientos con el Cártel de Sinaloa y el CJNG por el dominio del territorio.
A pesar de que el cártel sigue operando en Baja California y mantiene influencia en el tráfico de drogas hacia territorio estadounidense, su exclusión de la lista podría deberse a que no es percibido como un actor clave en el crimen organizado transnacional, sino como una organización regional.
Organización de los Beltrán Leyva
El último grupo que quedaría fuera de la designación es la Organización de los Beltrán Leyva, una escisión del Cártel de Sinaloa que emergió en 2008 tras la ruptura entre los hermanos Beltrán Leyva y Joaquín “El Chapo” Guzmán. Durante años, este cártel libró una guerra violenta contra sus antiguos aliados, pero la muerte de Arturo Beltrán Leyva en 2009 y la captura de Héctor Beltrán Leyva en 2014 provocaron su desmoronamiento.
Actualmente, la organización se ha fragmentado en varias células menores, como Los Rojos, Los Ardillos y Guerreros Unidos, con presencia en Guerrero, Morelos y el Estado de México.
Con información de El País e Infobae
*BC