Barbosa, murió en la plenitud

Barbosa, murió en la plenitud

Con los zapatos de gobernador, falleció Miguel Barbosa a los 63 años de edad
Por Redacción 13 Diciembre, 2022

Luis Miguel Barbosa Huerta falleció este 13 de diciembre a los 63 años de edad, como lo esperaba: con sus zapatos de gobernador puestos.

Hombre de poder, originario de Zinacatepec, de muy joven estuvo cerca de su tío Amador Hernández, el cacique de Tehuacán, salió a estudiar Derecho a la UNAM y a su regreso instaló un bufete.

Fue el gobernador Mariano Piña Olaya quien encomendó a su entonces procurador de Justicia, Humberto Fernández de Lara, que buscara un perfil para infiltrar al Partido de la Revolución Democrática. Fue así como el ex ministerio público de Tehuacán propuso al abogado Barbosa en 1992 y pronto empezó a hacer trabajo al interior del partido y encontró cobijo con Jorge Méndez Spíndola, en ese momento uno de sus líderes estatales del perredismo.

Formalmente se afilió al PRD en 1994, ya gobernaba el estado Manuel Bartlett Díaz, quien no necesitaba de infiltrados en las dirigencias locales de los partidos de oposición, pero mantenía buenas relaciones -sólo estableció distancia con los panistas dirigidos por Ana Teresa Aranda- y sus secretarios de Gobernación los escuchaban y apoyaban en sus gestiones.

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En ese lapso, el abogado Barbosa trasladó su domicilio a la capital poblana y empezó a hacer grupo hasta llegar en ese sexenio a la dirigencia estatal perredista, con una militancia inobjetable y un trabajo que le permitió tener diputados y presidentes municipales en la entidad.

Su carrera iba en ascenso, consiguió la diputación federal en 2000 y mantuvo el control de la dirigencia estatal en varios periodos, mientras construía puentes con el grupo nacional Nueva Izquierda de Los Chuchos, quienes lo hicieron su coordinador nacional e incluso encabezó la lista de senadores en 2012.

A nivel local, Barbosa mantenía un diálogo cordial y siempre de negociación con los gobiernos de Melquiades Morales y Mario Marín, quien encargó a Javier López Zavala su relación personal e incluso atenciones especiales.

Ya en la ciudad de México, como su centro de operaciones, Barbosa entabló vínculos con el senador poblano Rafael Moreno Valle, quien, militante panista, forjaba una alianza multipartidista para pelear la gubernatura en 2010.

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Desde su posición trabajó políticamente para ganarle a Mario Marín la gubernatura que estaba seguro iba a heredar a López Zavala, sus rivales no entendieron que las candidaturas de la oposición a gobernador las definen los dirigentes nacionales y cometieron el error de no atender esos vínculos e hicieron a un lado a Barbosa.

En los primeros cinco años del morenovallismo la relación fue tersa. El senador, ocupó su escaño de 2012 a 2018, seguía escalando en su carrera personal y llegó a ser presidente de la Cámara Alta con el respaldo del coordinador de la mayoría priista, el yucateco Emilio Gamboa Patrón, con quien construyó una buena relación, incluso en tiempos recientes, fue quien impulso al poblano para que comprara la casa de Miguel de la Madrid en Coyoacán.

Su ruptura con Moreno Valle se dio en el momento que le pidió ser su sucesor, lo que no estaba en los planes del inquilino de Casa Puebla, quien le hizo otras ofertas para mantener la relación política e incluso viajó a Tehuacán para convencerlo de que como panista no podía ceder la gubernatura a quien era de izquierda.

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Eran los tiempos en que el entonces senador perredista traicionó a Los Chuchos y generó una desbandada en la fracción perredista, de la que era coordinador, y trasladó a varios de sus compañeros a la fracción del Partido del Trabajo, para empezar a construir vínculos con Andrés Manuel López Obrador y su recién fundado partido Morena.

Hizo todo lo posible para que lo designara su candidato a gobernador por Puebla en 2018 y dejó fuera al primer seleccionado como precandidato, que era Enrique Cárdenas, ex rector de la UDLAP.

Barbosa consiguió la nominación y se enfrentó con todo a Martha Erika Alonso, esposa de su rival Moreno Valle, sin duda el arrastre del candidato presidencial lo llevó a conseguir un gran número de votos y a denunciar que con un fraude le quitaron el triunfo.

Fue largo el proceso judicial postelectoral y hasta el 8 de diciembre de 2018, el Tribunal Electoral determinó que la ganadora era la panista y Barbosa debería estar listo para otra elección, aunque Morena y él habían conseguido la mayoría en el Congreso Local y gobernar ciudades como la capital y un gran número de municipios.

Sólo dos semanas después, el 24 de diciembre de 2018, el accidente fatal de la gobernadora Martha Erika y el senador Moreno Valle, abrieron de inmediato la posibilidad de buscar otra vez la gubernatura. Consiguió la nominación de Morena sin problemas y ganó en junio el proceso ante Enrique Cárdenas.

Luis Miguel Barbosa Huerta rindió protesta el uno de agosto de 2019 y arrancó su gobierno estatal con un estilo personal de ajustar cuentas con el pasado, incluso con detenciones y órdenes de aprehensión contra sus adversarios, y establecer un equipo propio, sin importar su origen, pero que atendiera sin chistar sus instrucciones.

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Fue hasta las elecciones de 2021 cuando se consolidó con triunfos electorales de Morena y empezó a forjar lo que llamó una nueva clase política vinculada con la gente y no con intereses económicos personales.

Así lo proclamó el pasado 4 de diciembre en su marcha monumental en el Centro Histórico de Puebla y lo ratificó el domingo al entregar patrullas a más de 100 municipios del interior del estado e invitar a comer carnitas y barbacoa a presidentes municipales y sus operadores.

En la plenitud de su poder y a unas horas de rendir su Informe de Gobierno ante el Congreso Local, perdió la vida por problemas de salud que empezaron años atrás.

Al final, Barbosa murió como esperaba, con los zapatos de un gobernador poderoso puestos.

 

*ARD